El lujo de tener una boca sana

Según el estudio realizado por Clínicas VitalDent sobre la Prevención e Higiene de los Españoles, “el 36,2 % de la población padece algún tipo de problema dental”. Las causas principales por las que los pacientes acuden al dentista son las caries, la sensibilidad dental y las enfermedades periodontales, según cuenta Verónica Caldero, higienista de la Clínica Dental Arganda. “Acuden más hombre que mujeres a la consulta, pero van cuando el problema ya es grave”. Y es que según el informe de VitalDent conforman el 48% del total de clientes que visitan sus sucursales.
Otro problema por el que acuden los pacientes al odontólogo, y que cada vez aumenta más la demanda, es la maloclusión dentaria. Se trata de una anomalía dentofacial que puede aparecer en cualquier momento de la vida del individuo. Este tipo de irregularidad dental se corrige con ortodoncia o “aparato dental”, que en cada caso durará un tiempo determinado. Bien por estética o bien por salud, este tipo de tratamiento crece cada vez más, aun cuando su coste es elevado.
Cuando la malformación es mayor, el coste y el dolor dental aumentan, ya que la seguridad social no cubre los gastos de la mayoría de los tratamientos.  La paciente María Sánchez. desembolso alrededor de 30.000 euros en clínicas privadas para corregir su oclusión dental defectuosa de tipo 2, también llamada retrognatismo o sobremordida. Se trata de la superposición del maxilar y los dientes superiores sobre el maxilar y los dientes inferiores. La paciente llevó cinco aparatos dentales desde los seis años hasta los 16. “Son tratamientos muy costosos y muy dolorosos, sobre todo cuando eres una niña y llevas esa clase de ortodoncias dental”.
Aparatos dentales. Foto: A.Armesilla
El primer aparato fijo que llevó era una jaula detrás de los dientes superiores que ayudaba a educar la lengua para que no empujara con ella la mandíbula. “Después, para ensanchar el paladar, llevaba un aparato móvil que en la zona del cielo de la boca tenía como una especie de cerradura con una llaves que tenía que girar todas las noches”.
Cuando terminó con este tratamiento, pasó a llevar los conocidos brackets. Y para dormir usaba un aparato de metal que se enganchaba a las muelas con unas anillas y que se ataba en la nuca, de manera que tiraba de la mandíbula hacia atrás. “Una vez se hubo solucionado el problema de la sobremordida, me realizaron una radiografía panorámica y descubrieron que tenía los dientes desplazados un milímetro hacia la izquierda, por lo que me volvieron a poner otra ortodoncia con unos muelles que empujaban de un lado y unas gomas que tiraban hacia el otro”.
El tratamiento que siguió la paciente fue por prescripción médica, dado que su retrognatismo le impedía morder bien. Aún así, para tratar afecciones dentales hay que acudir a clínicas privadas, porque la seguridad social solo cubre la extracción de las muelas del juicio, no procesos tan costosos como el expuesto.

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