Enrique Pamiés ha sido policía desde 1980, actualmente es el Jefe superior de la Policíadel País Vasco, condecorado en 2010 con las medallas Orden Isabel I la Católica y la Orden del Mérito Civil. Medallas recibidas por beneficio a la Nación y comportamiento cívico. Pamiés, también ostenta otro título, el de imputado por revelación de secretos y colaboración con banda armada en la trama del Chivatazo a ETA, el caso Faisán. “Me da igual que me destituyan, quiero que acabe esto, una trama urdida por el PP. Estoy tranquilo”, así se lo confirmó a un amigo cercano.
El pasado martes a las 17:00 horas comenzó en la Audiencia Nacionalde San Fernando de Henares, la semana del Faisán que albergó a 14 jueces, los tres procesados: el ex director de la Policía (cuando Rubalcaba era ministro de Interior y Camacho Secretario de Estado de Seguridad), Víctor García Hidalgo; el inspector de Vitoria, José María Ballesteros y Pamiés, además de un fiscal y tres acusaciones. Momentos antes de la vista, la abogada de este último, María Ponte, declaraba a los periodistas: “Un solo día de condena supone la expulsión del Cuerpo”.
Claro que no es lo mismo estar condenado por colaboración con banda armada, lo que sería competencia dela Audiencia Nacional, con una pena de 10 años de prisión, que serlo por revelación de secretos con una pena de, como máximo, tres. En caso de que el delito fuera el segundo, el fallo pasaría a decretarse en un juzgado ordinario de la localidad de Irún. “El caso pasará seguro a Irún, puesto que desde el Ministerio Público se presionará para que así sea”, aseguraron fuentes policiales el mismo día que empezaba la vista.
Ayer, el periodista Manuel Marraco, publicaba1 en el diario El Mundo, que el fiscal del 11-M, Javier Zaragoza, afirmaba que se necesitaba adhesión ideológica para imputarlos por colaboración, justo al contrario que hizo con el exminero asturiano, José Emilio Suárez Trashorras, que sí fue condenado por ese mismo delito. Pero hay más: un Pleno divido.
Lo que para este mismo diario es una trama orquestada desde Interior, recordemos que al frente estaba el candidato a la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, para el periódico Público “el papel clave del caso Faisán en la Audiencia Nacional”, lo tiene el magistrado Enrique López (uno de los 14 jueces presentes en el Pleno), por su participación en 53 seminarios de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), presidida por José María Aznar. Esta publicación afirma que desde esos seminarios se “generaron ideas” en contra de los diálogos que el Gobierno mantuvo desde 2005 hasta 2008 con la banda terrorista ETA2.
Sin embargo, el subdirector de El Mundo, Antonio Rubio, sostiene que no hay ninguna trama: “Ni PP, ni PSOE, todo empezó con el transporte de 60.000 euros (dinero que procedía del mal llamado impuesto revolucionario), bajo vigilancia policial. Tanto el Gobierno, como la Comisaría General de Información lo sabían. El dinero llevaba una baliza”3. El bar donde habitualmente se hacía la entrega de dinero procedente de la extorsión de la banda, era el bar Faisán, propiedad de Joseba Elosúa, quien supuestamente recibió el chivatazo.
El Pleno empleará toda esta semana para resolver el caso. Cinco años después, el Faisán enfrenta a unos y a otros, la presidenta de la Asociación Víctimas del Terrorismo, Ángeles Pedraza, pide la condena por colaboración con banda armada, reitera “justicia” y espera que esto “no se alargue hasta el 20-N”; la Fiscalía inclina la balanza sólo hacia la revelación de secretos (al menos, hasta ayer a la mañana), fuentes policiales aseguran que el caso no se archivará pero terminará en Irún, Pamiés se muestra exageradamente relajado y Antonio Rubio se niega a dar un pronóstico: “veremos en qué queda todo esto.”
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