El PSOE incluye en su programa electoral la adicción a los videojuegos en el Plan Nacional sobre Drogas


El programa electoral que el grupo socialista liderado por Alfredo Pérez Rubalcaba prepara para el 20-N incluye la renovación del Plan Nacional sobre Drogas. La propuesta ampliaría las competencias de esta organización institucional para abordar las llamadas “adicciones no químicas” o “sin sustancia”. En concreto, la ludopatía y a las llamadas “nuevas tecnologías”, concepto en el que iría incluido el abuso del uso de la Red en general, de las redes sociales y de los videojuegos.


El reconocimiento de esta adicción servirá para que las asociaciones que se dedican a su tratamiento reciban ayudas. Que la adicción a los videojuegos es un tipo de drogadicción que va en aumento en los últimos años lo atestiguan psicólogos como Marina Rodríguez, quien ejerce de terapeuta para grupos de afectados de este fenómeno asociado a las nuevas vías de ocio. Marina destaca que el perfil de adicto al ocio interactivo es cada vez más heterogéneo y que “mientras que hace años solo llegaban casos de adolescentes, hoy en día llegan muchos pacientes en la treintena con un nivel adquisitivo medio-alto”. Esto desmitificaría la visión tópica del joven que deja a un lado las responsabilidades escolares por continuar con la partida. La terapeuta cree que esto se debe a que el género que más problemas de este tipo suele acarrear es el de los videojuegos de rol multijugador masivo en línea (MMORPG), ya que estos juegos “exigen una cuota mensual e incluso la compra de extras que limitan mucho el acceso a ellos”.

De entre los títulos de MMORPG, el más famoso es The World of Warcraft (WoW), que alcanza los 12 millones de usuarios, la mayoría de los cuales no están en activo por la exigencia del mismo. Pese a esto, se estima que la “economía” (el dinero que mueve esta obra) del mundo ficticio de Azeroth es mayor que algunos PIB de países africanos. Este tipo de videojuegos, entre los que también hay que destacar Lineage, Dekaron o Gunz, piden una dedicación especial al llegar a un punto determinado en el que se requiere de la unión con otros jugadores, en los llamados clanes, para poder seguir avanzando. El depender de otros y que otros dependan de ti condicionaría “la agenda” del usuario, y ahí es donde comenzaría la adicción.


Captura del juego The World of Warcraft. Fuente: Flickr Creative Commons.


Los críticos con esta medida achacan que mientras en marzo el Gobierno socialista reconocía al sector del ocio electrónico de nuestro país como “industriacultural” en una votación aprobada en el Congreso, equiparándola así a industrias como las del cine y la música, en el programa de cara a las próximas elecciones solo se miente desde el mismo partido a este sector en el apartado del Plan Nacional sobre Drogas. Por este motivo se ve como un paso atrás a la hora de considerar a esta forma de ocio que ya genera más beneficios que la música y el cine juntos.

Así lo cree el clan español del WoW IberosAzeroth, quienes afirman que “hay gente que tiene un problema con los videojuegos como se puede tener un problema con el abuso de cualquier cosa”, pero por otro lado están en contra de que “solo salga el lado malo (al sector) y no se siga potenciando como cultura”. Algo que repercutiría en el país porque “cada vez se abre más la brecha entre otros países europeos y España en una industria muy potente”. Sobre los juegos MMORPG, estiman que “no se deben demonizar” y que en su caso les ha posibilitado el “viajar a otros países y conocer a gente que dista mucho del típico ´viciado´ que se suele describir”.

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