Federico Simonetti, cómico argentino
Foto: El cómico Federico Simonetti |
Federico tiene 33 años y comenzó siendo periodista en Argentina. Tras algunas inmersiones en el mundo del teatro, en el año 2004 pasó a realizar humor en la radio de su país. Se trataba de un programa donde trabajaba de periodista y le facilitaban la creatividad. Fue entonces cuando aprovechó para iniciarse en el mundo de la comedia. El año 2006 fue su iniciación en el mundo del Stand Up -monólogos-. En Buenos Aires actua en distintos grupos de comedia. Tiene una obra de teatro (El Mundo habido y equivocado) y dos espectáculos más fijos. Con motivo de su visita a España, realiza en esta entrevista un repaso a su carrera y un balance de la comedia en España.
Pregunta. Trabajó como periodista hasta el año 2004, ¿por qué ese cambio a la comedia?
Respuesta. Me resultó difícil conectarme profesionalmente. No es una carrera universitaria ni veía una salida profesional clara. Por ello tardé en encontrarme. Pero notaba desde que nací había algo innato en mí, que me gustaba hacer reír a la gente. Me hizo falta dar muchas vueltas hasta que me decidí finalmente. En 2006 me encontraba trabajando en un programa de periodismo económico en radio por las mañanas. Pero tuvimos problemas con nuestro director y nos relegaron a la noche. Allí comenzamos a hacer un poco lo que queríamos con el programa. Pasé entonces a imitar a personajes de cine de la argentina de los cincuenta. Aquello tuvo filón y cada vez lo desarrollé más. Fue pura casualidad.
P. Sin embargo, no abandonó el periodismo hasta el año 2008.
R. Sí. Me costó pero renuncié. Rechacé un buen sueldo y un trabajo en televisión. La verdad es que ya no me interesaba.
P. ¿Qué le incitó a venirse a actuar a España?
R. Esta es la segunda vez que visito este país. Es una cuestión que va más allá de ampliar mi currículum personal como cómico. Es el hecho de poder conectar con gente que es de otro país, que habla un mismo lenguaje, pero con diferencias y alternancias. Además uno se encuentra con otro tipo de humor distinto. Esto me hace poder reconectar con la actividad que llevo a cabo en Buenos Aires, así también me planteo distintas formas de abordarla.
P. ¿Dónde ha actuado estos días?
R. Alicante, Madrid, Segovia, Palencia...
P. ¿Encuentra diferencias entre el humor español y el argentino?
R. Por un lado existen cosas que en Argentina funcionan y aquí no, y viceversa... Pero existe más una diferencia en cuanto a los lugares donde uno actúa. Por lo general, en Buenos Aires los cómicos actuamos en lugares más ligados al teatro. Lugares como los cafés-teatro. Aquí existe una dispersión permanente y como cómico tienes que luchar contra esa dispersión.
P. ¿Y entre el público español y el argentino?
R. Creo en Argentina existe una especie de identidad de supervivencia. Por venir de un lugar del Tercer Mundo, con muchos problemas políticos y económicos, con presidentes que se van o mienten, con mucha inmigración... Esto hace que la gente esté más alerta, más veloz mentalmente. Por ello el humor allí no puede ser tan obvio, ha de estar más oculto. Si no no causaría efecto entre el público. Aquí es más relajado. Sí te tengo que decir que pienso que esto va a cambiar aquí en España. Si el PP gana las elecciones en Noviembre, seguramente habrá más manifestaciones, más protestas, la gente se rebelará más que ahora. Este ambiente será un buen caldo de cultivo para la comedia. Los cómicos se encontrarán con un público más exigente y tendrán que desarrollar un humor más astuto y creativo.
P. ¿Cuáles son sus planes de futuro?
R. Voy a empezar los ensayos de una obra en Buenos Aires. Planeamos estrenarla en julio. El título es Subiría y Vergara. La obra imita un programa de televisión periodístico que cuenta con dos presentadores. Todo parte del momento en el que uno de ellos, antes de comenzar el programa, le confiesa al otro que se ha acostado con su mujer. Justo ahí entran en el aire.
P. ¿Qué opina de las nuevas tendencias en comedia como el Post-Humor?
R. Yo creo que todo tipo de comedia forma parte de un todo. Siempre en toda disciplina artística están los más locos, los más racionales, los más conservadores... No me gustan tanto las definiciones. Todos tenemos algo de alternativo y de conservador.
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