Fuenlabrada, 16 de
noviembre de 2011.- Cáceres está de celebración. En este mes de noviembre se
cumplen 25 años desde que la Unesco decidió conceder a la capital cacereña el
título de Patrimonio de la Humanidad. En estas casi tres décadas la ciudad ha
sufrido muchos cambios, que no siempre han servido para mejorar y progresar.
“Cuando en 1986 Cáceres
fue nombrado Patrimonio de la Humanidad se produjo un gran despliegue tanto
económico como turístico para la ciudad”, explica el director de turismo de la
Diputación Provincial de Cáceres, Santos Benítez Floriano. A lo que añade que
esta declaración significó la unión entre las diferentes instituciones públicas
y privadas de la localidad. Santos Benítez declara que a partir de ese momento
“los cacereños empezamos a ser conscientes del enorme valor monumental,
cultural e histórico que escondía la parte antigua”.
El Palacio de Congreso,
la Asociación Mercedes Calle, el Centro de Mínima Invasión (que es el mejor de
Europa y el segundo del mundo), la creación de los barrios jóvenes que han
favorecido el tejido empresarial y la consolidación de la Universidad de
Extremadura, son alguno de los avances que ha experimentado la capital cacereña
en estos 25 años. Pero al igual que se han hecho cosas bien, que han ayudado a
situar Cáceres en el mapa, los diferentes gobiernos cacereños han cometido
errores. El director de turismo de la Diputación Provincial de Cáceres señala
los desaciertos realizados desde el consistorio local. “Fue una gran
equivocación quitar la universidad de la parte antigua, eso le daba mucha
vida”, señala Benítez Floriano. A lo que añade: “Es necesario poner negocios de
hostelería y comercio dentro del recinto amurallado para enganchar más a los
turistas y elevar las ventas”. Sobre este último punto el concejal de turismo
de Cáceres, Jorge Suárez, no ha querido hacer ninguna declaración.
La Torre de Bujaco de Cáceres. Foto: O. Romero
Otra cuestión que ha
levantado ampollas es el tema de la conservación del casco histórico. Diversas
asociaciones han recriminado a los dirigentes cacereños no mostrar la necesaria
preocupación por la muralla. Sobre este asunto Santos Benítez afirma que la
ciudad causa una grata sorpresa a todos los turistas que la visitan por primera
vez gracias al buen estado de la parte antigua. Aunque también señala que la Unesco
dio un toque de atención que sirvió para hacer las cosas de otra manera, y
añade: “El Ayuntamiento no hace más cosas porque no se dispone del dinero
necesario”.
El encargado de turismo
de la Diputación Provincial de Cáceres hace hincapié en la necesidad de que los
universitarios tengan una mayor participación en la ciudad porque “Cáceres es
una ciudad universitaria pero no respira universidad”, concluye Benítez
Floriano.
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