Madrid,17 de noviembre de 2011.- La Universidad Pontificia de Comillas acogió ayer en su sede madrileña de Alberto Aguilera la conferencia ‘Protección del medio ambiente y salud pública’ con motivo de la XI Semana de la Ciencia, que se celebra en noviembre en la capital.
Los ponentes, puntuales a las 19 horas de la tarde, fueron tres profesores de la facultad. Aunque en la información de las inscripciones se anunciaba que serían cuatro, el último no pudo asistir por “motivos académicos” y puesto que la guía de actividades estaba impresa desde septiembre no se había podido corregir ese dato. A pesar de que se hizo algo de tiempo para esperar a más asistentes, el aula reservada para la ocasión contaba con alrededor de 90 asientos, de los que sólo fueron ocupados cuatro.
Después de los minutos de cortesía se procedió al inicio de la sesión cuyo contenido, anunciado en la actividad trataría sobre “analizarlos proyectos legislativos que establecen medidas relativas a la incidencia del medio ambiente sobre la salud de las personas”.
El primero en intervenir fue el profesor de Derecho Constitucional Federico de Montalvo quién habló de la lucha contra la contaminación atmosférica y de la importancia de este trabajo puesto que, como dijo, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) la contaminación provoca tres veces más de fallecidos que los accidentes de tráfico. Hizo hincapié en la necesidad de coordinar política medioambiental y salud pública. Dos caminos que, afirmó, no se encontraban. “El sistema sanitario está volcado en la asistencia y no en la prevención, que es uno de los errores”. Errores que, para él, deben cambiarse e invertir, de este modo, mayor gasto sanitario en prevención.
La segunda ponencia vino de la mano del profesor de Filosofía Política del Derecho José Luis Rey Pérez. Éste, difería de su compañero al afirmar que acentuar la prevención significaba recortar la prestación sanitaria o culpar a los pacientes de no haberse cuidado de manera adecuada. “La salud pública forma parte del discurso del poder”, aseguró. “Esta nueva moralidad que se intenta imponer desde el poder tiene dos intenciones: ahorro de los costes con medidas de prevención e imponer formas de vida”,explicaba.
La profesora Guillermina Yangüas Montero concluía la sesión poniendo ejemplos de situaciones que han visto vulnerada la integridad física de las personas por delitos contra el medio ambiente que afectan a la salud. Además, invitó a reflexionar sobre qué cosas está dispuesta a privarse la sociedad para la mejora medioambiental y ponía como ejemplo la ‘boina’ de contaminación en Madrid, que no gusta a nadie pero sí se está de acuerdo en que el transporte público lleve a los ciudadanos hasta la puerta de sus casas.
Se abrió un turno de preguntas e intervenciones de los asistentes y las conclusiones fueron: que el derecho al medioambiente es igual de importante que otro tipo de derechos pero no aparece como derecho fundamental; es necesario educación medioambiental y “falta información real”, para que las personas se den cuenta del alcance de lo que la contaminación puede producir, sin que esta información sea “alarmista”.
“La buena información genera educación y es lo que falta”, sentenció Montalvo. Tras el debate y la diversidad de opiniones, los conferenciantes coincidieron en que, a pesar de que el medio ambiente y su influencia en la salud es un tema importante, a juzgar por el aspecto de la sala no parecía tener mucho éxito entre los madrileños.
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