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“Se ha especulado muchísimo en el sector de la construcción en España”

JUAN CARLOS BARRERO Secretario federal de MCA-UGT y responsable del sector de la construcción

La caída del sector de la construcción en España ha destruido en los últimos tres años casi un millón y medio de empleos, según las últimas estadísticas elaboradas por la Federación de Metal, Construcción y Afines (MCA) de UGT. Una situación que sumada al stock de 700.000 viviendas vacías en manos de bancos e inmobiliarias, sitúa al país entre los más afectados por la crisis económica dentro del continente europeo. Juan Carlos Barrero se afilió a UGT en el año 2000 y ahora ejerce el cargo de representante del sector de la construcción para la Comisión Ejecutiva Federal de MCA-UGT. Barrero es consciente de la “mala situación” por la que atraviesa el sector y apunta a “la pésima política de los bancos, la especulación total o la mala gestión de las Administraciones como los principales responsables”.
 Edificio en construcción. Foto: Marta Ruiz Laseca

Pregunta. Cuando se habla del desplome del sector constructivo y de sus efectos laborales se suele pensar en aquellos puestos que desempeñan tareas a pie de obra, pero ¿cuál es la situación actual del resto de trabajadores en esta actividad?
Respuesta. En principio los mayores afectados por la crisis y los primeros en ser despedidos fueron los trabajadores a pie de obra. Sin embargo, la no recuperación de la edificación ha obligado a las empresas a prescindir también de aquellas personas más cualificadas y con muchos años de experiencia en el sector. En este sentido, los empleos indirectos que están ligados a la construcción en el acondicionamiento de obra nueva han sido arrastrados por igual. Si hablamos de cifras totales, desde el año 2008 a 2011, se han perdido casi un millón y medio de empleos en la construcción.

P. Sin embargo, España se posicionó durante unos años como tercer mercado mundial de cemento. ¿Esa subida del mercado del cemento también supuso una demanda de mano de obra y, por lo tanto, un incremento del colectivo de inmigrantes?
R. Evidentemente, desde el año 2005 al 2007 había tanto trabajo en España que no se daba abasto con los trabajadores nacionales que eran profesionales de la actividad. En ese momento se necesitaba a los inmigrantes para continuar produciendo a unos niveles tan altos, por lo que fueron muchos los que dejaron su país de origen para atravesar nuestras fronteras en busca de un trabajo. Pero el pinchazo de la burbuja dio lugar a un alto número de despidos provocando una bajada sustancial del número de demandantes de empleo en construcción y que en estos momentos no supera los 800.000 en todo el territorio nacional. El problema es que hubo una etapa de crecimiento brutal con unos niveles de intrusismo desorbitados, especialmente en las profesiones de peón, oficial de segunda y ayudante. Por entonces las empresas se dedicaron a contratar a diestro y siniestro sin tener en cuenta la experiencia, y ahora son los primeros a los que les toca pagar el pato, en total unos 700.000 empleos perdidos de profesionales sin cualificar.

P. ¿Cuál es la tasa de temporalidad en los contratos a lo largo de los últimos años?
R. Según las últimas estadísticas elaboradas por el propio sindicato la temporalidad ronda el 70% y afecta por igual a todos los empleos dentro del propio sector. Se trata de unas cifras muy significativas, ya que reflejan la gran diferencia en comparación con el resto de actividades económicas en las que ésta se sitúa cerca del 35%. Antes se efectuaban contratos de seis meses que una vez finalizados pasaban a ser indefinidos, pero la situación ha cambiado y en estos momentos se ajustan a la propia naturaleza de la obra.

P. ¿Existe un alto índice de precariedad laboral en las empresas?
R. Los incumplimientos se centran especialmente en los salarios y en las jornadas excesivas, ya que hablamos de un sector en el que son muchas las personas que quieren trabajar y resulta muy complicado dar con una empresa que sea corriente de pago. Pero a lo que también estamos muy atentos desde el sindicato es a las materias de prevención laboral, ya que es uno de los puntos más vulnerables en el recorte de gastos de las constructoras. En este sentido no se puede bajar la guardia porque es una cuestión indispensable para evitar posibles accidentes.

P. ¿Cuáles cree que han sido las causas del pinchazo de la burbuja inmobiliaria en España?
R. No se trata de un único responsable, sino la suma de varios factores, como la pésima política de los bancos, la especulación total o la mala gestión de las administraciones. En España hubo unos años en los que se estaba edificando mucho más de lo que en principio podía ser absorbido por el sector. Había un volumen de viviendas descontrolado, llegándose a construir alrededor de 700.000 hogares cuando en principio más de 400.000 eran para la especulación en el sector.

P. A la hora de comprar o construir una vivienda, ¿cómo cree que ha influido la política de los bancos asociada a la crisis financiera internacional?
R. La financiación de los bancos a la hora de comprar una vivienda o poner en marcha un proyecto de edificación es primordial. Ahora las entidades financieras han cortado el grifo totalmente y es prácticamente imposible acceder a ningún tipo de crédito por mínimo que sea. Antes existía una facilidad pasmosa en el acceso al crédito, inclusive para el 100% de la vivienda, pero ahora la situación ha dado un giro de 180 grados. No es que la gente no quiera comprar, pero es que estamos a un precio todavía muy superior en la vivienda sobrante que hay en España, que es mucho más de lo que un ciudadano normal se puede permitir. Se trata de medidas que sólo benefician a la banca y a los mercados financieros, y no a las familias que quieren acceder a un bien de primera necesidad o a las pequeñas empresas en su lucha por sacar a flote su negocio.

P. ¿Cuáles deberían ser las líneas de actuación del próximo Gobierno a partir del día 20 de noviembre?
R. En primer lugar, España es un país con necesidad de vivienda barata en la que el suelo esté subvencionado. El stock que existe ahora de 700.000 viviendas vacías en manos de bancos e inmobiliarias es muy difícil de vender porque es fruto de la especulación. En segundo lugar, los bancos deben dar créditos a los trabajadores y a las empresas que lo necesiten, ya que resulta paradójico que antes lo dieran incluso por el 100% y ahora sea prácticamente imposible conceder ninguno. Por último, el recorte de la administración pública de este gobierno y el error que cometería el próximo Gobierno si sigue haciendo lo mismo es no invertir en infraestructura. Se trata de una inversión de futuro que tiene que crecer porque da empleo. Desde MCA-UGT pensamos que hay más de dos millones de viviendas con más de 50 años que pueden ser susceptibles de rehabilitación.

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