Entre
la emigración y los trabajos 'low cost'
En
estas circunstancias, las alternativas para muchos universitarios
españoles se limitan a dos salidas: encontrar trabajo en el
extranjero o quedarse para, en muchos casos, ser empleados en puestos
para los que están sobrecualificados.
En
primer lugar, la 'fuga de cerebros' se ha convertido en la mejor
opción para muchos: el 68% de los jóvenes admite su deseo de irse a
otro país en busca de oportunidades, estabilidad laboral o una mejor
valoración, salarial y profesional, acorde con su formación, según
la última encuesta del Eurobarómetro.
El caso se agrava en los campos ligados a la investigación donde la
baja inversión pública y privada provoca que los titulados no
tengan opciones en el mercado de trabajo español pero sí sean
demandados por otros países desarrollados.
Más
allá de sus repercusiones presentes, la consecuencia que se prevé a
largo plazo significa “una pérdida de capital humano y una pérdida
para el país”, considera Castilforte, aunque matiza que la
experiencia puede ser productiva para ellos. Desde la Asociación
de Jóvenes Investigadores de la Comunidad de Madrid advierten sin
embargo de “las
grandes dificultades para poder regresar a España, en condiciones
dignas y con perspectivas para desarrollar su trabajo a largo plazo”.
Las datos avalan su afirmación ya que tan sólo un 0,08% de los
'fugados' regresa.
A
pesar de ello, el mayor problema es que “España es hoy uno de los
países con más titulados universitarios en situación de desempleo
o en trabajos que no tienen que ver con su formación”, manifiestan
desde DRY. A este respecto, la OCDE señalaba en su informe que cerca
del 40% de los jóvenes españoles está sobrecualificado para el
empleo que desempeña.
Las
previsiones no acompañan en este sentido ya que “se observa que el
grado de sobrecualificación aumenta durante las recesiones
económicas”, apunta Camacho. El hecho tiene una explicación
evidente: los jóvenes
aceptan empleos claramente por debajo de su nivel, ante las
dificultades de encontrar un trabajo adecuado a su cualificación. Es
más, muchos han decidido 'aligerar' sus currículums, incluso
borrando sus titulaciones, para poder conseguirlos.
Y
todo ello sin contar el "malestar psicológico" que produce la
sobrecualificación, apunta García Montalvo. Los titulados
españoles viven una situación paradójica que, aunque pueda parecer
actual, no es nueva. Camacho señala que “la generación
precedente, la del baby boom, fue
la primera en impactarse contra esta falsa realidad que le habían
contado sus padres y los poderes públicos: cuánto más preparado
estés, mejores condiciones laborales tendrás”.
Sin
embargo, la consecuencia según Castilforte será que “los jóvenes
de ahora van a tener muchos más problemas que las generaciones
anteriores: un retraso en sus trayectorias laborales y vitales” que
supondrá en el futuro una mayor desprotección social. “Una menor
independencia” que les impedirá completar “las etapas propias de
la emancipación”, concluye el director del Observatorio del
Injuve. Por tanto, no es de extrañar que la sensación más
generalizada entre ellos sea el engaño.
Entre la marginalidad y el retorno
Un
fenómeno que contrasta con el vivido por aquellos jóvenes que
decidieron abandonar los estudios en los primeros niveles para
incorporarse al mundo laboral. El destino principal fue la
construcción que, tras el desplome de la burbuja inmobiliaria, dejó
a muchos sin trabajo, con una baja formación y con pocas
posibilidades de recolocación en el mercado de trabajo.
Esta
circunstancia está intimamente relacionado con el 'fracaso escolar'.
La
Comisión Europea alertaba a principios de este año sobre esta
cuestión ya que, al igual que el desempleo juvenil, el fracaso
escolar dobla la media de la UE. Y lo que es peor, ha empeorado a lo
largo de la pasada década. Así, el 31,2% de los jóvenes españoles
entre 18 y 24 años ha abandonado sus estudios sin finalizar la
enseñanza secundaria, según los últimos datos disponibles.
La
comisaria de Educación, Androulla Vassiliou, reafirmaba esta
relación: “muchos jóvenes en España abandonaron los estudios
atraídos por la demanda de empleos de baja cualificación en
sectores como la construcción. Pero con la crisis se quedaron sin
empleo y ahora no saben a donde ir”. Asimismo, señaló a esta
cuestión como la culpable del elevado porcentaje de jóvenes
españoles, más del 14%, que ni estudian, ni trabajan, ni siguen
cursos de formación, los calificados popularmente como generación ni-ni.
El
hecho se ve reflejado con claridad en una encuesta de Metroscopia de
2009 donde se concluía que el 54% de los españoles situados entre
los 18 y los 34 años dice no tener proyecto alguno por el que
sentirse especialmente interesado o ilusionado.“Es
urgente enfrentarse a la recualificación profesional de este
segmento porque sino estaremos abocándolos a la marginalidad”,
señala el coordinador del Colegio de Politólogos y Sociólogos.
Castiforte
cree que la solución puede pasar por la FP aunque señala que ésta
“sigue siendo poco atractiva para los jóvenes y, en especial, para
sus padres”. Considera que “tiene menos prestigio” entre los
españoles” porque antes “era muy mala y estaba peor valorada por
los empresarios”. Así y todo, reconoce que “ha mejorado aunque
todavía no se adapta del todo a las necesidades reales”.
El
retorno al hogar familiar se convierte, en muchos casos, en una
obligación al no poder mantener la independencia que habían
logrado. Se produce por tanto, según Camacho, “el conocido como
'efecto yo-yo'. El descenso de la tasa de emancipación lo ilustra:
desde el 30% a finales de 2008, en plena crisis, ha caído hasta
situarse en el actual 26,6%. “La tendencia indica que puede rozar
el 23% que conocimos en la década de los 90”, sentencia Camacho.
¿Consecuencias
antisociales?
A
la vista de los hechos, ¿están en efecto perdida y desorientada la
juventud? De un tiempo a esta parte, se han producido indicios que desacreditan esta afirmación, al menos, para un segmento de esta generación. Las protestas cuentan
con una gran participación de esta generación joven, que tiene
ahora capacidad y nuevas formas para movilizarse “de forma casi
instantánea”, asegura Camacho. "Más que una generación es una generación bloqueada", agitada ante el contexto actual y su oscuro provenir .
Muchas
de sus reivindicaciones tienen su razón de ser en las desigualdades
laborales que, a día de hoy, les afecta en todos los ámbitos de su
vida. Estas señales de descontento son percibidas ya por las
organizaciones internacionales como un peligro potencial. Así, el
presidente del Foro Económico Mundial (conocido como Foro de Davos),
Klaus Schwab, alertó de que la situación puede provocar que se
vuelva a vivir una situación similar a Mayo del 68.
De
igual manera, el jefe de la División de Análisis y Política del
Empleo de la OCDE advertía que la
frustación “podría conducir a un comportamiento antisocial cada
vez mayor”. De momento, los jóvenes están más presentes que nunca en la agenda mediática. Con todo, la juventud española es a día de hoy un cóctel
de sensaciones contradictorias: la ilusión y el olvido, el malestar
y la desprotección, lo incierto, en fin, el engaño y el abandono.
Excelentes infografías por lainformación.com: salarios medios por edad y sexo, respuestas sobre la reforma laboral, todas las modalidades de contratos.
Documental de la 2, con testimonios de diferentes jóvenes afectados:
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