España suspende en I+D+i


España se ha convertido en los últimos años en el ejemplo perfecto de incertidumbre y desesperanza para cientos de jóvenes altamente cualificados. Aquellos que decidieron escoger  el   camino de ampliar el conocimiento científico hoy se empotran contra un muro cimentado  con  la indiferencia y  el abandono  de los poderes públicos, la sociedad y la empresa. Los jóvenes investigadores españoles  suspenden al sistema de Investigación, desarrollo e innovación y no ven en su país un futuro laboral. ¿Es posible qué la generación más preparada de la historia española no tenga oportunidad de desarrollarse en su país?


Una generación que creció, además, con los valores de una recién estrenada democracia  que auguraba prosperidad para todos. Valores trasmitidos desde la escuela y la familia, donde el esfuerzo y la constancia por labrarse un porvenir no tenía misterio. Las claves para poder desarrollarse intelectualmente y creer en aquello que tanto les habían inculcado sólo podía tomar una vertiente: la del estudio y la dedicación. Era lo necesario para poder mantener aquel estado de bienestar que sus padres y abuelos habían creado para ellos. Pero todas las premisas comenzaron a caer en el momento que descubrieron que su país no les necesitaba.
Pedro Aceituno Aceituno
FOTO: Marina Hernández Hernández
La lucha que la sociedad española libró para levantar un país anteriormente desmantelado, sería la mejor de sus herencias pero, por desgracia, hoy la verdad es otra. España ya no quiere genios, ni avances. Este país, después de proporcionarles una educación pública de calidad, les brinda el pasaporte de salida a todo aquel que se haya dedicado a alimentar su mente, a terminar carreras, a publicar tesinas, a realizar arduas investigaciones; en definitiva, a crear ciencia. Es por ello que la moral y autoestima de cientos de jóvenes investigadores se ha ido minando ante la amenaza de un futuro como poco, incierto.
Y es que según el informe INNOVACEF 2011 las expectativas de los jóvenes investigadores españoles en cuanto al sistema de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) español son bastante desfavorables. Otorgan tan solo una nota de 4,2 sobre 10 al grado de confianza que les trasmite el sistema de I+D+i, muy lejos de las expectativas que se encuentran en los científicos españoles que trabajan en el extranjero. Los jóvenes investigadores que manifiestan un mayor grado de confianza son los catalanes (4,5) seguidos de los andaluces (4,3) y los gallegos (4,2).
Es por esto que muchos han optado por buscar un trabajo tras las fronteras españolas. Los datos del informe INNOVACEF 2011 afirma que los países donde mejor se puede desarrollar la labor investigadora es Holanda con una puntuación de 6,9, seguido de Estados Unidos (6,2) y de Reino Unido (5,9). La investigadora y portavoz nacional de Jóvenes Investigadores/ Precarios, Ester Artells explicó que “es normal que los científicos emigren a otros países de Europa o a EE.UU  porque España no está preparado para albergar la alta cualificación que tienen aquí los científicos. Simplemente no hay dinero para pagarles como es debido”, comentó.
El informe, que fue presentado el pasado 16 de noviembre  por la Universidad a distancia de Madrid (UDIMA) y el Centro de Estudios Financieros (CEF), ha sido elaborado durante seis años. Un documento con  periodicidad anual con el que se pretende contribuir a mejorar el sistema nacional de I+D+i a través del conocimiento de la situación de los jóvenes investigadores que trabajan en España y su comparación con la de los científicos españoles que efectúan su actividad en el extranjero. INNOVACEF 2011 se ha realizado sobre una muestra de 772 investigadores, divididos en 167 científicos españoles que desarrollan su labor en el extranjero y 605 jóvenes investigadores que realizan su actividad en España. Una muestra tomada de un universo de 66.304 investigadores ( 55.238 en España y 11.066 en el extranjero).
El informe realizado en colaboración con la Federación de Jóvenes Investigadores/ Precarios, el Colegio de Físicos y la fundación Universidad Empresa fue presentado en una conferencia abierta al público por sus tres autores: el profesor del Grado  de Administración y Dirección de Empresas de la UDIMA  y director del grupo de investigación “Líneas de investigación y transferencia sobre economía, empresa y su entorno (LIT3E)” Pedro Aceituno Aceituno; la doctora en Ciencias Económicas y Empresariales, María Luisa Campanario Hernández  y la licenciada en Económicas y Ciencias Empresariales y profesora en la  UDIMA, Concepción Burgos García.
Migración selectiva
Más del 60% de los jóvenes investigadores que trabajan en España consideran que son altas sus posibilidades de marcharse al exterior. Esto además queda reflejado en las diferencias entre las perspectivas de contratación  por parte de los científicos que trabajan en España y las de los científicos que trabajan en el exterior. Por ejemplo, el 41% de los investigadores postdoctorales que trabajan en el exterior creen tener más posibilidades de volver  a ser contratados  frente al 12% de los posdoctorales que trabajan en España.
Aunque el nivel de confianza en el sistema de I+D+i de los científicos españoles que trabajan en el extranjero haya bajado 1,5 puntos en referencia al año 2010, menos del 29% de ellos tienen pretensiones de volver a España en un periodo de no más de dos años.  Pero en los datos obtenidos en 2010 se observa que ese colectivo de jóvenes con intensiones de regresar a España era de más del 40 %. El profesor Pedro Aceituno explicó este cambio porcentual argumentando que “ aunque el nivel de confianza de los científicos que trabajan en el extranjero ha bajado, no están dispuestos a regresar  a un país en el que no confían y no les da posibilidades de elaborar una carrera científica, entre otras cosas”.

La psicóloga Irene de la Cruz Amestoy, informa por otro lado, que el estrés es otro de los factores a tener en cuenta a la hora de decidir el nivel de satisfacción de una persona que trabaja y se "beneficia" de un sistema económico diferente al de su país. Un estrés influenciado en gran medida por las expectativas frustradas, el hecho de sentirse inmigrante  o el miedo a no poder regresar a su país de origen; causas que determinan la conducta del profesional ante su actividad laboral y social. Además, "aunque el científico español se sienta mucho más valorado en el extranjero y cobre un sueldo mayor las expectativas de volver nunca desaparecen, es por ello que deben contar antes de marcharse con todos las desventajas y formar una estructura moral fuerte", explicó Amestoy. 
La disciplina que encabeza la lista del perfil de los científicos españoles en el exterior según el área de conocimiento es la Biomedicina (27,39%), seguida de la Biología (14,11%), la Biodiversidad (8,30%) y la Biotecnología (5,54%). En la cola de la lista encontramos al sector de los que se dedican a la Energía (1,24%), la Física (0,41%) y los Recursos y Tecnología Agroalimentaria (0,41%). La mayoría de ellos trabaja en universidades públicas (52,69%) u organismos públicos de investigación. 

Por otro lado, este año hay un mayor número de cuestiones dentro de los indicadores de la encuesta que no logran superar el aprobado de los investigadores que se encuentran trabajando en el exterior. Entre estas cuestiones se encuentran la posibilidad de que la organización para la que trabajan solicite patentes de los proyectos (31,14%), la creación o mejora de nuevos productos o procesos (22,75%) y la obtención de resultados sociales y medioambientales (30,54%).
                                                                                                          Continúa en el siguiente reportaje

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