Imagen tomada durante la asamblea educativa del pasado 22 de mayo.- Alejandro Rodríguez |
La manifestación en defensa de la educación pública celebrada el pasado 22 de mayo ha finalizado con un elemento propio del movimiento 15-M: una asamblea. En torno a medio millar de asistentes se han reunido frente a la estación de Francia a las 14:00 para tratar en profundidad la necesidad de alargar las acciones más allá de final de curso, dándoles un carácter de "mayor contundencia y visibilidad”.
Las voces indignadas —constituidas principalmente por profesorado interino y estudiantes— han determinado que algunas acciones continuarán en la sede central de La Caixa, una vez finalizada la asamblea, y han planteado diversas propuestas: el impago de la matrícula universitaria o su abono parcial, el cese de la corrección de exámenes o el incumplimiento de los servicios mínimos en las posibles huelgas venideras por parte del profesorado.
Por su parte, y durante las horas previas a la asamblea, la manifestación contra las políticas de recortes en Educación, convocada en todo el país por la comunidad educativa al completo, ha contado en Barcelona con 150.000 asistentes, según sus organizadores, y 25.000 según los mossos d'esquadra.
Los miembros de la "marea amarilla" —como así se hace llamar este colectivo de personas en defensa de la educación pública— afirman que la educación universitaria “es un derecho, no un lujo", y añaden: "Se está produciendo un empeoramiento en la calidad de la enseñanza al aumentar el ratio de alumnos por clase y disminuir el de profesores por número de alumnos". Sostienen, también, que los efectos de estos recortes traerán consigo un empeoramiento grave del servicio educativo.
Por otra parte, con respecto a los docentes que no se han sumado a la huelga general de educación, una de las asistentes declara: "La gente tiene miedo. El seguimiento por ideas es unánime en todos, pero el seguimiento real de las huelgas o de realizar un mínimo de lucha es muy inferior debido a las circunstancias y los problemas particulares".
La jornada de huelga general ha transcurrido sin incidentes, algo que se valora positivamente desde el Ministerio de Educación, desde el que afirman que el seguimiento ha sido únicamente de un 19.41%, en contraste directo con los sindicatos y asociaciones organizadoras de la misma, que cifran su seguimiento en un 80% de media.
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