Los músicos y las salas de música tienen problemas a la hora de ofrecer conciertos en su localidad. Las estructura técnica de las salas y la falta de licencias son los dos principales problemas que el colectivo denuncia.
“La música en vivo estaba en
peligro en Madrid ante el nulo reconocimiento cultural de nuestra actividad y
la falta de regularización de nuestras licencias urbanísticas” exponía la
plataforma La Noche en Vivo en una carta dirigida al entonces alcalde de la
Comunidad de Madrid, Alberto Ruíz Gallardón, en 2008 para denunciar el cierre
de las salas de música y pedir la regularización de su situación.
El panorama, en la actualidad,
prácticamente no presenta cambios y, a nivel local, los problemas se agudizan. En
la localidad madrileña de Fuenlabrada, muy pocos bares cuentan con licencia
para ofrecer conciertos, y aquellos que lo hacen sin permiso están expuestos a
las sanciones de la Comunidad de Madrid por quebrantar la orden municipal 434/1999, del 12 de marzo, de la Comunidad de Madrid, la
cual regula las actuaciones en directo.
El concejal del PP de Fuenlabrada,
López Vaquero,
cree que el ayuntamiento debe fomentar un ocio sano y nocturno, y reivindica
que “no se puede tener un entorno donde ya no dan más licencias y donde las que
existen no permiten que se trasladen a otros locales”.
Parece una paradoja cuando este
municipio del sur de Madrid, desde hace muchos años, es referente en la actividad
musical a nivel local y se ha encargado de promover esta actividad.
Pero, ¿por qué existen estas dificultades? El presidente de la
Asociación Cultural ‘Siete’, Jesús Fernández, cree que es la Comunidad la que “no
está poniendo muchas facilidades”, y reparte la porción de culpa. Para él, ya
no son sólo el ayuntamiento y la Comunidad los que ponen trabas, sino que se
refiere a los empresarios como culpables, “en el tema de permisos legales puede
ser todo mucho más fácil”.
Los empresarios y propietarios de
las salas, ese quizás sea el principal problema. El director de GYAT, Chris
Tophe Quemin, exponía en la página web Asociación de Promotores Musicales, que
los propietarios de las salas reconocen su escaso interés en convertirse en
salas en directo, porque mientras que con música ‘tecno’ llenan el local, con
un concierto se arriesgan a que esté medio vacío.
Por lo tanto, dos problemas se
unen a la par: pocos garitos donde dar conciertos y escasos permisos para
ofrecerlos. Varios músicos fuenlabreños denunciaron este hecho en el año 2004,
y fruto de esta denuncia, pronto surgió la Asociación de Músicos, un proyecto
que supuestamente representaba a todos los grupos de la ciudad, y nacieron
salas como ‘El Grito’, con 17 locales de
ensayo, y ‘La Escuela de Música Dionisio Aguado’, que en la actualidad alberga a
1.300 estudiantes. También otros garitos, como el
‘Soundkiss’ o ‘Kiebro’, se han focalizado hacia esta actividad e incluyen entre
su agenda nocturna a grupos nóveles para que utilicen sus infraestructuras.
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Grupo de música tocando en la sala 'Kiebro' de Fuenlabrada. Fuente: Rubén García. |
¿Y estas salas y bares cuentan con
una buena estructura técnica? Esa es otra materia pendiente que músicos de
Fuenlabrada reivindican. “La
mayoría de las salas de conciertos, pubs o bares que organizan eventos
musicales los fines de semana no están equipadas
para ello. Las salas ofrecen
conciertos sin tener licencia, no están acondicionadas ni acústica, ni
técnicamente”, denuncia el guitarrista y técnico de
sonido de Kiss FM, Ignacio Sánchez. El rapero Álvaro García, conocido como
‘Rashe’, también lo avala, “apenas hay salas de conciertos, la
lista de espera para actuar suele ser grande y la calidad de sonido deja mucho
que desear. Y para grabar un disco o una maqueta, es mejor buscar alternativas
fuera, porque prácticamente no hay estudios”.
En definitiva, varios son los
problemas que aglutina Fuenlabrada en materia musical. Ya sea por parte de los
empresarios o del ayuntamiento, todavía queda mucho por hacer si se quiere
seguir evolucionando.
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