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Fachada del conservatorio Teresa Berganza Foto: Práxedes Millán |
Los recortes en la educación pública, llevados a cabos por el gobierno de Esperanza Aguirre, han dado lugar a innumerables huelgas de seguimiento dispar que han superpoblado los medios informativos de nuestro país. Se han dado todo tipo de datos sobre pérdidas y despidos en los centros de enseñanza obligatoria, aunque poco se ha dicho acerca de las dificultades que atraviesan otro tipo de centros educativos: los conservatorios en los que, cada día, miles de jóvenes se forman y educan en una disciplina que para muchos, resulta lejana o directamente desconocida: la música.
Hay doce conservatorios de carácter público en la Comunidad de Madrid, cada uno de ellos con sus diferentes características. El 90% de los alumnos de conservatorios tienen que compaginar las enseñanzas obligatorias con sus estudios musicales. “Se trata de una vida muy sacrificada”, afirma David Victor Peris, Jefe de Estudios Adjunto del Conservatorio Teresa Berganza, “pese al poco interés que muestra por ellos el gobierno de la Comunidad, estamos formando a músicos maravillosos”. Es el caso del joven pianista, Matteo Julianni, que con solo diez años, ha hecho su primera aparición en el programa de La 2, El Club del Pizzicato.
José María Pérez, Jefe de Estudios del Conservatorio Joaquín Turina, declara que los recortes han obligado a prescindir de cuatro profesores esta temporada. “Al producirse un aumento del horario lectivo, los alumnos por profesor han aumentado, así como las ratios de alumnos de las clases colectivas”, asevera. Asimismo, dice que “los profesores se han visto obligados a acoger a más alumnos en sus clases individuales, lo que aumenta en un mínimo de dos horas el horario lectivo de cada profesor”. Sin embargo, José María aclara: “la situación actual de enfado general del profesorado no es por el hecho de tener dos horas lectivas más, sino por el hecho de que esto ha supuesto menos profesorado para los centros, siendo esto pagado por el profesorado interino al que no se le ha renovado el contrato, lo que nos ha supuesto despedirnos de profesores con larga trayectoria en el centro”.
El despido de profesores no es la única denuncia que hacen los conservatorios. En concreto, Jose María Pérez asegura que el 60% del presupuesto del ejercicio 2011 se entregó a los centros con cinco meses de retraso, lo que ha ocasionado problemas a varios centros, aunque afortunadamente, gracias a la previsión, el Conservatorio Turina ha sido capaz de solventar el contratiempo. Del presupuesto anual dependen la adquisición de materiales e instrumentos, así como su mantenimiento. Es imprescindible para los alumnos el acceso a unos instrumentos de calidad, ya sea para su uso en clase como para el posterior ensayo.
Solo en el Conservatorio Joaquín Turina estudian 350 alumnos de todas las edades. Un estudiante de música ensaya de media unas seis horas al día, que deben compaginar con sus estudios obligatorios. “No se ha sabido combinar la educación obligatoria con la educación musical” admite David Victor Peris, lo que supone que los jóvenes tengan que hacer esfuerzos mastodónticos para poder cumplir con sus horarios semanales. Esperemos que estos recortes no damnifiquen en demasía a los alumnos, que junto a los profesores que han perdido su trabajo, son los principales implicados en esta lucha. No se lo merecen.
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