Rufus May, psicólogo
clínico de la Universidad de Braford, Reino Unido, relataba en su ponencia una
anécdota que ponía en situación a los oyentes que escuchaban. “Un policía iba
caminando por la calle cuando vio a dos hombres dando vueltas alrededor de una
farola. El agente, extrañado preguntó: ¿qué están buscando? Los hombres
respondieron que habían perdido un reloj y el agente preguntó si se había caído
en ese lugar. No, respondieron, se ha caído por allí, pero aquí hay más luz”.
El pasado 10 de
noviembre los medios se hacían eco de un suceso acaecido en Girona: un hombre
había matado a su hija de dos años porque “el diablo se lo había ordenado”. Los
medios lo atribuían por cuenta propia a un acto de enajenación ya que según los
vecinos era “un hombre normal”. Pero, ¿cómo definir normal? Rufus May continuaba
su ponencia. “Muchas veces esas voces se demonizan, pero es necesario descifrar
su significado”. Intenta dar sentido a la experiencia psicótica, a las voces
que muchas personas oyen en su cabeza sin saber por qué, para buscar no sólo
dónde hay luz, sino también en las sombras, donde no nos atrevemos a
adentrarnos.
"No hay más sitio, el
aforo está completo", decía una de las organizadoras. No esperaban tanta
asistencia. La larga cola protestaba al unísono. Querían entrar. Sorteaban los
carteles informativos de la Fundación
Manantial, una entidad sin
ánimo de lucro que aporta atención integral a las personas con enfermedad
mental. La IX jornada anual de esta fundación se celebraba en Caixa Forum, y
las personas que no pudieron entrar la seguían a través de una sala habilitada
con un proyector. “Escuchando a los usuarios”. Se apagaron las luces. La Compañía de
Artes Escénicas Geometrance interpretaba un
fragmento de su obra Psicomamnesia. Está formada por personas con trastorno
mental y sin él. ¿Y tú, eres normal? Sentenciaba la última frase del acto.
El doctor que oía voces
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Rufus May. Foto: bipolari.it |
"Mensajeros que hablan de tragedias"
Marco estaba convencido de que podía construir una máquina del tiempo
para viajar al pasado. Conocía las piezas que necesitaba y estaba seguro de que
podía lograrlo. Cuando los médicos le preguntaron el por qué de ese deseo, y se
adentraron en la sombra, descubrieron que Marco se sentía culpable de la muerte
de su hermano y quería volver atrás para cambiarlo. Estas voces, según Rufus
May son simples mensajeros de experiencias vitales que han causado un gran
impacto en la persona. A veces son voces culpabilizadoras, otras manipuladoras,
otras autolesivas o agresivas. “Las personas que oyen estas voces deben pararse
a pensar por qué le están hablando e incluso dialogar con ellas. Deben ser
escuchadas y tomadas en cuenta no sólo por ellos mismos, sino por las personas
que les rodean”.
Según el doctor May, la recuperación del trauma se divide en tres áreas:
la seguridad; las formas de gestionar la ansiedad, no sólo a través de la
medicación, el ejercicio físico y sobre todo dar sentido a esa experiencia. “La
medicación es necesaria, pero no en todos los casos. Reduce las expectativas de
vida, produce dependencia. Debemos otorgar a las personas con problemas de
salud mental la oportunidad de elegir qué quieren. Muchos profesionales no
saben de estrategias de relajación, y eso unido al ejercicio físico resultan
métodos muy efectivos en la fase de recuperación”.
Qué locura de radio
Después de la ponencia sobre el concepto de recuperación y las implicaciones
para los servicios y los profesionales del doctor Ricardo Guinea, llegó el
turno de Qué
Locura de Radio, un
programa de actualidad realizado por los usuarios del Centro de Día de Parla
para personas con problemas de salud mental. Los principales objetivos de este
proyecto son fomentar la recuperación de los usuarios y participar activamente
en la lucha contra el estigma social. “Emitimos nuestro programa todos los
jueves de 20:15 a 22:15”, locutaba un usuario desde la mesa redonda, pues el
debate estaba siendo emitido. En el coloquio participaba también La casa verde,
un programa de apoyo, prevención y seguimiento de hijos de personas con
trastorno mental. “Si una mujer necesita ayuda con su bebé, nos desplazamos al
domicilio”, contaba a través del micro Raquel del Amo, directora de este
proyecto. “Las personas con problemas de salud metal pueden ser buenos padres”,
sentenciaba.
La mesa redonda continuó con más intervenciones, en las que personas con
enfermedad mental participaban activamente y contaban sus experiencias a través
de un micro, sin ningún tipo de reparo ni temor.
El gran mensaje que se lanzó durante la jornada es que oír voces es una experiencia humana; su significado es muy simbólico y es importante romper ese código desconocido para aceptar y comprender por qué está pasando lo que está pasando. Desmitificar la psicosis y buscar al fin relojes en la luz.
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