El instituto Luis Buñuel de Móstoles vivió ayer una jornada de reivindicación por la defensa de la escuela pública que terminó con un encierro nocturno por parte de algunos profesores. Junto con los docentes, los familiares, alumnos y otros trabajadores del centro participaron en el desarrollo de una serie de actividades lúdicas, entre las que destacaron los conciertos, un espectáculo de magia, un maratón de fotografía, una gincana pirata y una cena con paella incluida. “Todo lúdico, para que venga la gente, pero siempre con el trasfondo del conflicto de la educación”, explica la profesora de Administración de Empresas Raquel Murillo, quien, según atestiguan sus compañeros, se encargó de organizarlo prácticamente todo.
De esta manera, el Luis Buñuel se suma a otros institutos de Móstoles donde ya se han realizados encierros, como el Europa y el Manuela Malasaña. La elección del centro donde se hará el encierro se toma en las asambleas de profesores del municipio. Se decidió hacer este último en el Luis Buñuel, explica Murillo, “porque era de los institutos que menos se movilizaban” y así podría lograrse una mayor implicación. Sea como fuere, las expectativas fueron superadas, pues, según reconoce la profesora Murillo, “se esperaba algo más light”.
Las familias y los alumnos no se habían implicado apenas en las movilizaciones, aunque quizás eso acaba de cambiar, a juzgar por la participación de parte del alumnado en la organización de algunas actividades. Raquel Murillo cuenta que los estudiantes de Imagen y Sonido pidieron participar en un maratón fotográfico, que llegó a reunir a 60 personas. Asimismo, en la gincana pirata, organizada por el grupo de profesores de Imagen, tomó parte buena parte del alumnado. Hasta la Asociación de Madres Padres y Alumnos colaboró en la preparación del desayuno para la mañana de hoy.
Aunque los realmente implicados son muy pocos, el ambiente que se observaba en la jornada de ayer era mucho mayor que el vivido en otros encierros, como el del Manuela Malasaña, donde todo fue bastante más modesto. Bastaba sólo echar un vistazo al gimnasio durante la actuación del mago –profesor de matemáticas del centro-, a la que asistieron más de 70 personas. En cuanto al número de personas previsto para pasar la noche allí, era de 25 al cierre de esta edición. Eso sí, sin menores, debido a que la norma y la vigilancia del conserje lo impedían.
Por su parte, la implicación de la dirección del instituto sigue la línea de otros centros. “El equipo directivo está con la escuela pública, aunque siempre tiene un poco de más reticencias, ya que es la diana (en referencia a las posibles presiones de la Administración)”, cuenta la profesara de Imagen Tania Domínguez.
En contraste con la dirección, determinados sectores del alumnado se muestran más explícitos. El representante del Sindicato de Estudiantes en el centro y alumno de Imagen Javier de Frutos es partidario de “aumentar la presión y radicalizar las acciones”. De Frutos propone aumentar las huelgas, aunque reconoce que “es complicado todo” y que lo verdaderamente importante es “la unión” cuando se le pregunta por la negativa de parte del profesorado a secundar tantos paros. “Hay que movilizarse contra este tipo de políticas, las haga quien las haga” opina el miembro del Sindicato de Estudiantes, quien se muestra también crítico con la gestión económica del Gobierno central.
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