Foto: Paco Rives Manresa |
Es
curioso ver cómo la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) no para de
anunciar la muerte de la música mientras año tras año no paran de
aumentar sus beneficios. Cabe preguntarse entonces por qué descienden
continuamente la venta de discos mientras el margen de ganancia cada vez es
mayor.
“La
música no está muerta para nada” afirma el líder y cantante de NoProcede,
Javier Beltrán. “Lo que sí lo está es la actual forma de hacer negocio” dice. “El
precio de un disco es la suma de los gastos de grabación, fabricación del CD,
promoción y finalmente lo que nos llevamos nosotros. Todo esto dispara el coste”
apunta Beltrán.
Es
fácil hablar de piratería y del fin de la música cuando los ingresos no se
resienten, sino que al contrario se ven engordados, pero parece que hacer
autocrítica es más complicado. El director del sello Pias y portavoz de la
Unión Fonográfica Independiente (UFI), Gerardo Cartón ya decía en ABC que era necesario
entonar el mea culpa, en referencia al momento a cuando se pasó de vinilo a CD:
“por una cosa más barata se cobraba mucho más, y la gente no es tonta”.
“Hay
que cambiar el modelo de negocio, buscar nuevos formatos”, señala el redactor
de Hablatumúsica y Kedin, Jesús Castellanos, porque según su opinión “el modelo
actual ya no es sostenible”. “Con Napster –primera red de descargas P2P que se
vio obligada a cerrar sus servidores por las demandas de las discográficas- pensaron
que seguirían siendo intocables, pero se equivocaron” dice Castellanos en
alusión a las disqueras. “Perdieron un tren que ya no volverá” concluye.
En
la búsqueda de nuevas vías, Castellanos señala que ya se están experimentando
algunos cambios que señalan el futuro: “Radiohead sacó su último disco sólo por
la web, dando la posibilidad al usuario de fijar el precio que quisiera”. En
cuanto a las casas discográficas, también existen interesantes novedades que
están saliendo adelante. Castellanos dice que “MagnaTune y Jamendo, -dos
discográficas estadounidenses- te dan la posibilidad de escuchar sus discos
enteros y luego puedes dar un donativo o poner el precio que plazca a partir de
5 dólares”.
“Si
a esto sumamos que la autoproducción, e incluso la libre distribución del
trabajo de bandas que están empezando cada vez es mayor, con una mayor cantidad
e incluso calidad de grupos, no veo ese supuesta hecatombe del mundo musical”
apunta Javier Beltrán. “Alternativas hay, otra cosa es que los que manejan el
negocio no quieran verlas” concluye.
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