Porsche vuelve a ser la protagonista demostrando una vez que
diseñar y fabricar automóviles además de ser un negocio, es un arte. Muchos han
sido los que han pasado por nuestras manos, y todos sin excepción han
conseguido emocionarnos. Sin ninguna duda, si me preguntasen la definición de
placer de conducción, diría Porsche. El 911 Carrera Cabriolet es un ejemplo
perfecto de lo que significa sentir al volante. Con la capota abierta transmite
unas sensaciones de conducción de una plenitud inigualable, marcadas por una
extraordinaria potencia y un imperturbable confort.
El sonido del motor es envolvente, brusco, y la vez,
armonioso. Es casi imposible no reconocer que es un Porsche lo que se acerca.
Será gracias a las potentes y eficientes motorizaciones que se pueden elegir
para el 911 Cabriolet. Bien Carrera Cabriolet 3.4 con 350 CV, o bien Carrera
Cabriolet S 3.8 con 400 CV. El motor bóxer de seis cilindros del 911 Carrera ha
sido el elegido para que Porsche ponga en práctica por primera vez el concepto
de downsizing dentro de una serie de modelos reduciendo así la cilindrada total
de 3,6 a 3,4 litros. Desarrollados
conforme al principio del Porsche Intelligent Performance, su consumo es menor
y su potencia mayor. Las medidas de desarrollo adoptadas en el interior del
motor, acompañadas por nuevas funciones como la gestión térmica, la
recuperación de la red de a bordo y la función automática de arranque y parada,
han conseguido que los nuevos modelos consuman hasta un 15% menos de
combustible y sean hasta 15 CV más potentes. Resumiendo, el 911 Carrera sigue
siendo también en versión Cabriolet toda una referencia en el segmento de los
deportivos Premium en cuanto a potencia eficiente. Otro elemento que también
contribuye a la excepcionalidad del conjunto de este automóvil es el sistema
opcional completamente nuevo de escape deportivo. Esta función consigue un
sonido aún más rotundo del motor bóxer de seis cilindros con una potencia
óptima, simplemente pulsando un botón. Por las estrechas y retorcidas
carreteras de Las Palmas de Gran Canaria, el 911 Cabrio se abría paso rígido y
muy rápido. La precisión de la caja de doble embrague PDK que ya conocíamos y
que es casi imposible de mejorar, combinada con todos los elementos
aerodinámicos y el potente motor, permiten una conducción deportiva,
confortable y perfectamente sincronizada con las necesidades del conductor en
cada momento.
Por si aún no estábamos lo suficientemente impresionados con
el nuevo bólido alemán, los ingenieros nos han hecho uno de los mejores regalos
que podríamos deseas. La primera caja de cambios manual de siete velocidades
del mundo para un turismo. Y como a estos genios no se les escapa un solo
detalle, la particularidad del nuevo cambio manual es el bloqueo de la séptima
velocidad en la ranura de selección. Con esto, Lo que se pretende es evitar que
el conductor engrane la séptima marcha por error cuando, al practicar una
conducción deportiva, cambie rápidamente de la cuarta a la quinta marcha.
No sólo sabremos que estamos cerca de un Porsche por su
sonido único, también su silueta lo hace inconfundible. Con un aspecto más
deportivo que nunca, el 911 Cabriolet no pierde la esencia que se ha mantenido
en todos los modelos desde que se hiciera el primer 356 en 1948. El centro de
atención del 911 Carrera Cabriolet recae en su exclusiva capota de desarrollo
completamente nuevo compuesta por paneles arqueados. Esta innovadora técnica ha
permitido que la capota de lona cerrada mantenga la línea de techo arqueada
característica del Coupé, algo que no se había conseguido hasta el momento y
que además aporta ventajas aerodinámicas.
La espectacular presencia del 911 Cabrio es majestuosa y
deportiva. Gracias a una mayor distancia entre ejes y a unos voladizos más
cortos, el vehículo resulta extraordinariamente compacto. La altura se ha
rebajado y ha ensanchado respecto al 997, por lo que su aspecto es, aunque
parece imposible, más deportivo. Las grandes entradas de aire debajo de los
grupos ópticos delanteros de nuevo diseño realzan la llamativa puesta en escena.
La combinación con los nuevos faros bixenón aportan al nuevo 911 Carrera
Cabriolet un rostro de lo más característico y emocional.
¿Y nos acercamos por detrás? El spoiler trasero lo delata.
Con la capota cerrada, la configuración del spoiler equivale a la del Coupé,
pero disfrutando de la configuración cabrio del 911 con la capota abierta, el
spoiler adopta diferentes posiciones en función de las condiciones de
conducción. El spoiler se despliega automáticamente al alcanzar los 120 km/h y
se repliega al bajar de los 80 km/h, aunque también se puede activar a menor
velocidad pulsando un botón desde el interior del habitáculo.
Como todo buen superdeportivo, el peso es fundamental para
completar las características aerodinámicas. Por ello, la innovadora carrocería
de construcción ligera de la familia 911 Carrera ha sido desarrollada
completamente desde cero para los nuevos modelos Coupé y Cabriolet. Con ello el
Nueveonce descapotable no sólo comparte con el Coupé las ventajas de peso que
aporta la construcción de acero y aluminio, sino también una rigidez
considerablemente mejorada que se complementa con elementos de refuerzo
locales.
Es un deportivo potente, elegante y eficiente. ¿Falta algo?
Aunque parece que no, el interior termina de completar la perfecta
configuración del Porsche. Tanto el conductor como el acompañante se encuentran
perfectamente integrados en el habitáculo. Además, las plazas traseras también
ofrecen más confort. Las turbulencias con la capota abierta se han disminuido
gracias al deflector cortavientos electrónico que se acciona mediante un botón
en cualquier momento, siempre y cuando la velocidad será inferior a 120 km/h.
Al accionar el cierre de la capota, este se pliega automáticamente. El cuadro
de instrumentos es intuitivo, y la pantalla TCT de 4,8 pulgadas de alta
resolución ofrece un amplio abanico de posibilidades como radio, teléfono,
navegación, ordenador de a bordo y control de presión de neumáticos.
Todo esto es, sin ir más lejos, un Porsche. Toda una
conjunción de elementos mecánicos y electrónicos capaces de conseguir que el
conductor del 911 Carrera Cabriolet se sienta arropado por su coche y se atreva
con todas las posibilidades de conducción que ofrece un superdeportivo alemán.
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