Piratería: mitos y verdades

¿Son los internautas los únicos culpables?


Legg merke til prisen, 5 dvder til prisen av 10 boliviano, dvs 9 kroner. Tror det er billig - selv her.
Foto: Leif Harboe


Vivimos en una especie de mundo de fantasía, donde todo tiene que ser gratis”. Con esta frase tan diciente ilustra el panorama actual que se vive en el mundo de la música la redactora de Muzikalia, Raquel García. Los datos son esclarecedores: 5.000 millones de euros en contenidos digitales pirateados, según la consultura IDC. Pero, ¿sólo los internautas son culpables de esto? ¿Es en verdad la piratería el apocalipsis de la música como cuentan las discográficas una y otra vez?


Como señalaba el responsable del Informe sobre la piratería, realizado en 2010 por la Coalición de Creadores e Industrias de Contenidos, Rafael Arandio: “la tasa de piratería media en la música es del 97,9%”.


Por tanto, prácticamente toda la población española realiza descargas ilegales. Ya lo decía en EL PAÍS el experimentado exdirector adjunto de Radio 3 (RNE3) Diego Manrique: “basta de hipocresía, hasta disqueros y miembros de la SGAE recurren a los servicios P2P”.

“Yo estoy a favor de todo el tema de la mal llamada piratería mientras no haya un modelo asequible que beneficie a todas las partes”, afirma Alejandro Fernández, cantante y líder del grupo La ley de Mantua. “Sin la libre circulación de nuestro disco, no habríamos conseguido llegar donde estamos”. Fernández, que ya ha logrado con su grupo tocar en festivales estatales como el ViñaRock, añade que “esta situación se revierte en que las bandas tengamos que girar más, que siempre fue lo que nos dio de comer”.

Sin embargo, voces como las del presidente de Productores de Música en España (Promusicae), Antonio Guisasola afirman que la contratación de conciertos está “casi parada”. Palabras que chocan con las del reportero de Rockdelux, Juan Manuel Freire: “hay una barbaridad de festivales a día de hoy”. Alejandro Fernández, por su parte, matiza que “es cierto que ahora con la crisis todos tenemos que bajar nuestros honorarios” pero sostiene que la salvación de la música siempre fue el directo, “antes de que llegara la industria, que al final es la que lo destroza todo”.

A este afán de mercantilismo por parte de las industrias también se refiere Juan Manuel Freire: “todo quiere estar marcado por un precio. Soy comprador compulsivo de música en formato vinilo pero por cuestiones económicas no puedo adquirir todo lo que me gustaría” afirma. “Hay gente que no puede ni hacer eso y no por ello va a dejar de escuchar música”.

“Creo que la clave de todo esto es que el negocio está mal planteado desde el momento en el que se industrializó de forma tan brutal” asegura Alejandro Fernández.

Resulta inverosímil entonces que se culpe con tanto ahínco a los ciudadanos. No se trata de vivir en “una cultura de la gratuidad”, como afirma Raquel García, pues esto puede traer como ella misma dice “efectos que dañen la diversidad cultural”. Pero sí sería bueno que la industria practicase la autocrítica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario