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Alcorcón mantiene lucha por la educación pública de calidad


I.E.S Jorge Guillén. Foto: Patricia Durán
El curso escolar 2011/ 2012 ha comenzado para los estudiantes de Alcorcón. Las caras de alegría y los nervios quedan patentes. Carpetas nuevas, libros a estrenar y mochilas sin desempaquetar. Una fecha deseada por los niños. Ellos impacientes y expectantes muestran su alegría por el regreso a las aulas y el reencuentro con sus amigos que, después de una larga época estival ya necesitan “volver a la rutina” como dice la madre de una niña del CEIP Daniel Martín, Mata Rodríguez. 

Pero el curso académico no se presenta tan alentador para los profesores del municipio. Interinos y funcionarios temen por su situación laboral, según cuentan desde el IES SantoDomingo. Todos ellos sufren los recortes a los que se ha sometido la educación pública en la Comunidad de Madrid. Unos temen por su continuidad,  otros asumen que su trabajo pasará los límites de la legalidad. Legitimidad que está siendo seguida de cerca por los sindicatos, como han informado desde Comisiones Obreras.
Una orden ministerial dictada el 29 de junio de 1994 muestra una realidad que denuncian  los docentes desde los centros del municipio. Los cambios en horarios y recortes presupuestarios chocan con la realidad.  Las leyes disponen un máximo de 30 horas laborables dentro del centro y 37 de libre disposición para preparación de actividades docentes, el perfeccionamiento profesional o cualquier otra actividad pedagógica complementaria.
Horarios imposibles de cuadrar, clases repletas de mesas y sin capacidad para albergar la cantidad de alumnado que este año se va a tener que acomodar en ellas, eliminación de las aulas de compensatoria obligatorias por ley, cierre de bibliotecas y fin de los desdobles para idiomas dispuestos en las normativas para institutos bilingües son algunas de las medidas que se han tenido que adoptar para poder hacer frente al nuevo curso escolar.
Con 6 profesores menos y 40 alumnos más, el IES El Pinar volverá a abrir las puertas de sus aulas. No menos aflictivo se presenta el curso para el IES Ignacio Ellacuría, que tendrá que afrontar el curso con transferencia de materias y especialización de profesores. En él, un maestro de dibujo cambiará el lápiz y el pincel por la regla y la calculadora. Lo mismo ocurrirá con un licenciado y especialista en ciencias naturales que tendrá que cambiar las disecciones y las células por ecuaciones y logaritmos neperianos.
Clases más numerosas, falta de especialización, fin de las clases de idiomas como segunda lengua, menos inversión en tecnología y apoyo escolar, menos oferta de asignaturas y actividades extraescolares, supresión de las clases complementarias y bibliotecas permanentemente cerradas. Todo ello, dice el portavoz de los institutos del distrito centro de Alcorcón, Octavio Martín , que se debe a la “sobrecarga horaria” a la que se encuentran sometidos los centros. Una realidad que hace entrever la consecuencia que están teniendo en el sistema educativo los recortes de la Comunidad, como ha informado una profesora del IES Jorge Guillén, Pilar Muñoz.
Profesores, jefes de estudio y directores informan de que los recortes provienen de años atrás. Tres centros de educación infantil abiertos durante el pasado curso han tenido que afrontar los costes de materiales y sueldos de profesorado que se deben asumir desde el gobierno regional como consecuencia de la transferencia de competencias. Demoras en los pagos de las partidas destinadas a logística, nuevas tecnologías o material escolar son algunas de las problemáticas que desde el CEIP Vicente Aleixandre su jefe de estudios, Sergio González Campoamor se apresura a denunciar.
Aún así estos no dejan de recalcar que el problema no es el aumento de su jornada laboral, que consideran, “sobrepasan los límites”. Tampoco es un inconveniente el sueldo, que según Pilar mucho dista de lo reflejado en el Informe de la OCDE, en el que se plasma un salario que oscila entre los 48.610 euros y los 52.654 euros anuales para un profesor de secundaria. Lo que realmente resulta preocupante para el colectivo docente es el incremento del número de niños por aula, que al sumarse a la reducción de profesorado provoca una merma en la calidad de la enseñanza, debido a la imposibilidad de “afrontar una jornada laboral que supera las 50 horas diarias” y la incapacidad de “dedicar el tiempo suficiente a cada uno de los niños” según Martín.
Los padres no muestran menor enfado ante las medidas adoptadas por el gobierno regional. Un grupo de madres de alumnos del IES Ignacio Ellacuría ataviadas con camisetas de color verde “esperanza”, como ellas mismas han denominado, muestran su preocupación ante lo que consideran un “asalto” a la educación pública. Sus hijos ya no podrán ser tutorizados personalmente por sus profesores.  Las clases de inglés estarán compuestas por grupos de más de 30 alumnos y ahora ya no podrán cursar asignaturas que les permitan avanzar con las materias más importantes como son matemáticas o física.
Al margen de las problemáticas entre docentes y gobierno,  los niños siguen disfrutando de la vuelta al instituto. Para unos es su primera vez, para otros este es el segundo o tercer año. El futuro de España pende de un hilo. La educación pública,  que para las miles de personas que se congregaron en las manifestaciones de Madrid bajo el lema “La educación no es un gasto, es una inversión” está en “peligro”. Y que mejor forma de mostrar su descontento que secundar un huelga, que en el Alcorcón, según Martín, ha sido seguida,  durante los dos días que ha tenido lugar, por más del 80% de la comunidad educativa. Una forma de manifestar que se trata de un tema central del que, la madre de un chico, que comienza durante este curso un nuevo periodo escolar en un instituto de la localidad,  ha manifestado que “derivará en otros muchos problemas en el caso de que,  no se sepa o no se pueda afrontar con responsabilidad”.

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