Fuenlabrada, 9 de
noviembre de 2011.- El Juzgado de Menores de la Audiencia Provincial de Cáceres juzgó ayer a tres menores en un caso de amenazas y agresión que supuestamente
los tres imputados produjeron contra otro joven, también menor de edad, el
pasado 26 de marzo en la localidad cacereña de Plasencia.
Puerta principal de la Audiencia Provincial de Juzgados de Cáceres. Foto: C.P.
El suceso ocurrió el pasado
mes de marzo en la plaza de Santa Ana de Plasencia cuando la víctima se encontraba
con varios amigos en el mencionado lugar al mismo tiempo que dos de los
presuntos agresores. Según la declaración del denunciante a la Policía Local afirmó
que dos de los agresores se acercaron a la víctima y comenzaron a decirle
insultos y a agredirle. Días después de este hecho, concretamente el pasado 1
de abril, el agredido volvió a reunirse con sus amigos en la plaza de Santa Ana
de Plasencia y se encontró con el tercer menor implicado. Según testificó el
agredido, éste último se dirigió a él de una manera chulesca y comenzó a
dirigirle improperios y además, le propinó una bofetada. En definitiva, por
todos estos sucesos, el demandante admitió a la guardia urbana sentirse
“acosado”.
En la vista que se
celebró ayer en el juzgado de menores de Cáceres acudió además de los tres
menores imputados y la víctima, cuatro testigos que presenciaron los
acontecimientos: tres en favor de la víctima y uno en favor de los acusados.
Tanto el denunciante como todos los testigos manifestaron que el tercer menor
no estuvo el día 26 de marzo, día en que la víctima sufrió las agresiones,
según reafirmó de nuevo durante el proceso. Sin embargo, el agredido no exculpa
a éste último de recibir amenazas por su parte. Por último, en cuanto a los
otros dos acusados, el denunciador ratificó que sí recibió amenazas y
agresiones por ambos.
Igualmente, tal y como
afirmó la abogada de la defensa, Maria Dolores Neria, los menores imputados no
amenazaron a la víctima y recordó que uno de los acusados admitió haberle dado
un bofetón a denunciante pero que lo hizo en legítima defensa. Además, uno de
los inculpados reconoció dicha agresión porque según él, la víctima también le
pegó con anterioridad. Por su parte, los otros dos imputados niegan cualquiera
de las dos acusaciones.
El caso queda visto
para sentencia en el que los acusados se enfrentan a dos delitos de faltas por agresión
y amenazas, lo que supone hasta seis fines de semana de arresto domiciliario y
250 euros de indemnización para la víctima.
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