Los alcalaínos apoyan la función de don Juan a pesar de los recortes en producción

Alcalá vivió ayer la 27ª edición de don Juan Tenorio en la Huerta del Obispo. Esta ha sido una de las producciones de este clásico más modestas debido a los recortes presupuestarios que el Ayuntamiento de Alcalá se ha visto obligado a hacer. A pesar de ello, el público ha sido fiel a su cita y acompañado por el buen tiempo, el clásico de José Zorrilla tuvo más de 10
mil espectadores.

Es el tercer año consecutivo que “LaAcademia del Verso”, proyecto para actores profesionales promovido por el Ayuntamiento de Alcalá y la Empresa Municipal “Promoción de Alcalá”, se encarga de gestionar la clásica representación de don Juan Tenorio los días 30 y 31 de octubre.

El director de esta obra Juan Polanco y la encargada de vestuario, Mónica Florensa, han hablado de los detalles de la representación de esta obra, que contó con cinco actores principales y un coro como elemento principal escenográfico.

“La obra se planteó en tres escenarios en la huerta del Palacio Arzobispal, pero podría haberse representado en un único escenario” aseguro Juan Polanco, quien tiene previsto “irse de gira” con esta obra ya que se puede “poner en escena en un teatro a la italiana”, además “tenemos la suerte de poder contar con un actor de primera línea como Ramón Langa en el papel de Don Juan”.

Mónica Florensa ha tenido que trabajar en el atrezo de este año, según el planteamiento que Juan Polanco ha dado al espectáculo, como si fuera una tragedia griega. Para la responsable de vestuario la inclusión del coro ha sido todo un acierto: “En el teatro griego el coro es la manera en que podía describirse lo que el personaje piensa y siente, es una especie de analista. También sirve para describir lo que no se ve en la obra, es una especie de narrador, informa al público de lo que no vio.”

Juan, Mónica y el resto de responsables de “La Academia del Verso” han querido dar un protagonismo especial al coro que son los que portan la carta de don Juan que lee doña Inés en el claustro del convento o los que ayudan a matar a don Luis Mejía en el duelo con don Juan. Con esta creativa solución los miembros de la Academia han sustituido pantallas de LED y costosos dispositivos por el coro y por luces de focos. El resultado de la modesta producción de este año, a juzgar por las críticas y la afluencia de público, es muy bueno. Una queja “popular” que ha llegado a los organizadores y que ya han tomado nota para próximos años es la altura del escenario. Apenas situado a dos metros de altura en su embocadura, ofrecía poca visibilidad a algunos espectadores.