Madrid, 2 de noviembre
de 2010. – La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo
(AECID), mantiene desde hace tres semanas un dispositivo especial de ayuda tras
las fuertes inundaciones sufridas por el país salvadoreño a mediados del mes de
octubre. Desde su página oficial, AECID
ha dado cuenta de las últimas remesas de ayuda humanitaria enviadas, entre las
que destaca la partida de 109 toneladas de alimentos que sostendrá a más de
10.500 familias afectadas. Parejo a estos datos, subyace un nuevo modelo de acción
en el conjunto de entidades oficiales españolas de cooperación, tanto de ámbito
nacional como autonómico, que orienta todo esfuerzo a la implementación de la
Declaración de París y al seguimiento de las pautas marcadas por el Gobierno salvadoreño,
abandonando el anterior esquema de iniciativa propia como sistema clásico de
trabajo.
El conocimiento por
parte del pueblo español de la labor efectuada por la Cooperación Española en
El Salvador u otras naciones de Centroamérica es escaso. Más allá de cifras
puntuales, remarcadas en periodos de graves crisis humanitarias o desastres
naturales, se desconoce el modus operandi y los canales de distribución y
optimización de estos recursos. En marzo
de 2005, España se adhirió a la Declaración de París, acuerdo internacional que
propone la implantación de una hoja de ruta y la concreción de ciertos
objetivos específicos a cumplir por el conjunto de organizaciones en pro del
desarrollo. Según Ángel Marcos Ramos, adjunto al coordinador general
de la Cooperación
Española en El Salvador, este texto “sirve para aumentar la
eficacia, promoviendo una visión menos paternalista por parte del país emisor
de la ayuda, más auto-sostenible y autónoma hacia el país receptor”. Susana
Cámara, codirectora del proyecto café AECI El Salvador, sostiene que, a
fecha del presente año, “el cambio de mentalidad ha sido notable”. No obstante,
recalca que “el plan aún se encuentra en fase de trabajo de campo, por lo que
su impacto en el país aún no puede ser del todo evaluado”.
Escuela infantil en el Municipio de Mejicanos, Departamento de San Salvador. Foto: José María Tíscar. |
Los esfuerzos de
las organizaciones españolas de cooperación han centrado su actividad, a lo
largo de la última década, en los Departamentos de Ahuachapán y La Unión, así
como en el área metropolitana de San Salvador. Sin embargo, a raíz de las
fuertes inundaciones sufridas en octubre de 2011, se ha priorizado la ayuda al
Departamento de La Paz, especialmente damnificado. Gran parte del aporte directo
a estas comunidades lo sustentan diversas cooperaciones autonómicas españolas,
algunas de ellas no centralizadas. Éstas, acostumbradas al trabajo mano a mano con
las alcaldías salvadoreñas, apoyan los proyectos aprobados por las autoridades
locales y realizan un fuerte seguimiento que exige trasparencia a las mismas.
Miriam Blandés, coordinadora del programa regional de la Agencia Andaluza de
Cooperación Internacional (AACID), una de las entidades de
mayor impacto entre las sedes autonómicas de carácter no centralizado, destaca
que “los gobiernos centroamericanos disponen las prioridades y nosotros las
alineamos con las nuestras. La alcaldía se responsabiliza de todo. Por nuestra
parte, hacemos un plan operativo mensual. Tenemos un equipo y un responsable de
cada país que se encarga de hacer el seguimiento y supervisarlo”. Esta visión
de responsabilidad en manos del ejecutivo local dirige también los esfuerzos realizados
por Cruz Roja Española. Jesús Rivera, delegado responsable de proyectos en El
Salvador para Cruz Roja, asegura que “cambiar los problemas estructurales de
base no nos corresponde a nosotros, le corresponde al Gobierno”.
Iglesia de Suchitoto. Foto: José María Tíscar. |
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