Afición argentina en La Cartuja / foto Fernando Santise |
La final de la Copa Davis en Sevilla fue toda una
fiesta en las gradas y en la ciudad. Pese a que enfrentamientos anteriores
sobre la cancha entre ambas selecciones y la animosidad de sus respectivas
aficiones podían presagiar un mal ambiente en La Cartuja, el buen ambiente reinó y
la hinchada argentina encandiló a los aficionados españoles y a la población
Sevillana.
Sobre 3000 argentinos sumaron más de 13 horas de viaje y se desplazaron desde el país
latinoamericano hasta Sevilla, que se les presentó soleada y templada excepto
la mañana del viernes, cuando la lluvia apareció y estuvo cerca de complicar el
inicio de la competición. El equipo argentino liderado por Juan Martín Del
Potro y David Nalbandián no contó solo con el apoyo de quienes cruzaron el
charco, sino también de parte de la comunidad argentina en España (33.425 residente en España, según los últimos datos de la Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración), como es el
caso de Fernando Santise, estudiante de periodismo que reside en Valdemoro y
pudo acudir a Sevilla gracias a la Federación Madrileña de Tenis. “Eramos
muchos argentinos, y de todas partes. Argentinos de Canarias, de Madrid, de
Barcelona, incluso de Londres y de Alemania que se acercaron a ver la final”.
Quienes pudieron ver la final a través de su
televisor, seguro que disfrutó de la alegría de los argentinos, que nopararon de animar incluso cuando sus jugadores perdían ante los favoritos españoles, como si de un partido en El Monumental de River se tratara. “En el momento en que Del Potro se vino abajo en el cuarto set
contra Nadal (en el cuarto partido de la final, que acabó con victoria de Nadal
y la conquista de la Ensaladera) el público argentino paró varias veces el
partido gritando y cantando y Del Potro se vino arriba hasta forzar el tie
break”, afirma orgulloso Santise. Lejos de molestar esta situación a los aficionados españoles, como si pasó en el 2000 en la final contra Australia, ocurrió
todo lo contrario, según explica Santise. “cuando terminó el partido de Nadal
contra Del Potro, mucha gente se nos acercó para sacarse fotos con nosotros
(Santise viajó junto a su padre), parecíamos famosos. A pesar de estar rodeado
de españoles, cantábamos un montón y los españoles a veces nos miraban con cara
de que estábamos locos o de admiración por no parar de cantar aún perdiendo”.
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El Sol fue una molestia para algunos aficionados / foto Fernando Santise |
El único problema de la torcida argentina estuvo en
las localidades. La adaptación del Estadio Olímpico en gigantesca cancha de
tenis no fue satisfactoria para todos, mucho menos a quienes se sentaban más lejos de la
pista, entre ellos la afición visitante, como suele ser habitual. “Se empezó a
hacer una recogida de firmas para protestarle a la Federación Española por las
localidades tan alejadas”, asegura Santise. Pese al resultado y los problemas de visión, los
argentinos marcharon satisfechos por Sevilla, sobre todo el sábado tras la victoria de su
jugador predilecto, David, ‘El Rey’ Nabaldián en el dobles junto a Eduardo Schwank. “A Nalbandian se lo quiere mucho...de
hecho, el único punto que se ganó fue el dobles, con él jugando. Ese día fue
fiesta argentina, se cantó, se gritó, algunos incluso nos quedamos cantando un
rato después del partido", explica Santise.
La afición argentina preparada para tomar el relevo de la orquesta / Foto Fernando Santise |
Victor Hugo Giovanni, residente en Fuenlabrada y
natural de Santa Fé, fue otro de los que tomaron el AVE hacia la ciudad hispalense
a animar al equipo de su patria. “Sabiamos que era difícil ganar a España.
Todos los hinchas eramos conscientes de que el partido de Del Potro contra
Ferrer era la clave, porque a Nadal es imposible ganarle. Había que ganarle los
dos partidos a Ferrer y el dobles que sí lo ganamos. Pero la gente no estaba
desilusionada porque los dos partidos de Del Potro fueron muy apretados y
largos.” Tanto fue así que la derrota no le quitó el apetito ni las ganas de
disfrutar a los derrotados. “sevilla estaba inundada de camisetas y banderas
argentinas. Los argentinos rondaban por la ciudad y estaban en todas partes,
cenando, comprando, haciendo turismo y probando las tipicas comidas españolas y
andaluzas”.
Por todo esto, la edición número 87 de la Copa
Davis, legendario torneo que disputó su primera edición en 1900 tras una idea
de estudiantes de Harvard que querían organizar una competición que enfrentara
a tenistas estadounidenses con británicos, pasará al recuerdo no sólo por la
épica victoria de Rafa Nadal si no por como los argentinos no ganaron la
Ensaladera, pero sí un hueco en el corazón de Sevilla.
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