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Los no beneficios del cambio de estadio


El cambio de hogar para la afición colchonera es casi una realidad, un sueño aún difuso y lejano. El estadio Vicente Calderón ha sido la segunda casa de los atléticos desde 1966, la única que han visto la gran mayoría. La marcha al nuevo estadio promete muchos beneficios económicos para el club, con la idea de crecer tanto deportiva como institucionalmente. Pero el abandono del actual campo trae consigo un lastre económico para los comercios, que asentados en las cercanías del estadio, han crecido y sobrevivido gracias a los días de partido.


Los diferentes establecimientos de la zona de Pirámides o del paseo de los Melancólicos se preparan para afrontar su segunda crisis particular. Si no tienen suficiente con sobrevivir a la crisis económica mundial, tendrán que hacer frente en un par de años al traslado de su mina de oro. Y quién sabe si para ese momento la crisis mundial seguirá coleando o habrá terminado.

El hecho de que el español es una persona con gusto por los bares lo refleja en que los comercios que más afectados serían precisamente los bares de la zona. “Nos gusta tomarnos un par de cervezas antes de entrar al campo. Es un ritual atlético” dice Cándido Aguilar en el Bar Alegre antes de comenzar el partido contra el Rayo Vallecano. Antonio, propietario del bar, explica que “será una pena despedir al Calderón. Tendremos que sobrevivir, como siempre”.

Otro bar que verá afectada su situación será la cervecería “El parador”, situada en el paseo de los Melancólicos, en frente del estadio. Allí, se reúnen cada día de partido cientos de atléticos para hablar y prepararse para sufrir con su Atleti. Juanjo, su dueño, expresa que “será un duro golpe, he hecho muchos amigos en todos estos años. Dolerá tanto o más en lo sentimental que en lo económico”. “No, pero no es mal idea” respondió ante la pregunta de sí se había planteado el traslado.



Pero no solamente son bares los afectados. Negocios de venta de bocadillos o aperitivos para el partido sufrirán también este bache. La carnicería “R y V” es famosa por sus bocadillos entre los aficionados. Ricardo, su dueño, expresó que “los bocadillos son una manera de sacar un dinero extra. Nos afectará la marcha pero tendremos que centrarnos en la carne”.

La marcha se acoge de dos maneras distintas entre los vecinos. Algunos atléticos como Juan, residente en el paseo de Pontones echará de menos esos domingos de alegrías. Para otras, como Susana, será por fin un respiro de tranquilidad. Lo que está claro es que la huella que dejará el Calderón será en la de todos los atléticos, que visitarán el parque que llevará su nombre, con los recuerdos y las imágenes en rojo y blanco.

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