Desde que Mohamed Bouazizi se quemara a lo bonzo en
Túnez como forma de protesta ante la situación de asfixia que se vivía en su
país a finales de 2010, el mundo ha sido testigo de sucesivas revoluciones que
han marcado un antes y un después en la Historia. Ya en 1929, durante la Gran Depresión,
el ser humano comenzaba a imitar una conducta que, si bien no solucionaba sus
problemas, permitía la liberación absoluta ante la desesperación: el suicidio.
Desde que empezara la crisis económica en 2008, el número de suicidios no ha
hecho sino aumentar, y ha encontrado en Grecia su máximo exponente en los
últimos meses. ¿Constituye el suicidio una forma de protesta brutal o una vía
de escape ante el miedo y la desesperación? ¿Existe una relación directa entre
las crisis económicas y el empeoramiento de la salud mental? A éstas preguntas
cabría añadir si no acrecentan el problema los medios de comunicación al informar
diariamente de estos hechos. ¿Hasta qué punto es ético?
Algunas de las personas que decidían quitarse la
vida dejaron notas a través de las cuales trataban de explicar el porqué de su
decisión. Unas afirmaban que no querían que sus hijos pagaran sus deudas, otras
que preferían morir antes que buscar comida en la basura. Todas tenían el telón
fondo de la crisis griega.
"La Organización Mundial de la Salud define la
salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social; y no
solamente la ausencia de enfermedad. Dentro de ello entendemos que el bienestar
en áreas como el trabajo, las relaciones y el disfrute del tiempo libre van a
aportar ese bienestar mental y social que entraría en el concepto
de salud, además del físico", afirma la psicóloga de ‘Grupo
5’, Rosana Calvo. Y añade: "Sin duda el trabajo es un pilar importante
para la mayoría de las personas, y contribuye a una satisfacción global de la
persona o bien su ausencia puede ser un generador de malestar".‘Grupo 5’ pertenece
a los dispositivos de la Red pública de Atención Social a personas con
enfermedad mental grave y duradera de la Consejería de Familia y Asuntos
Sociales, dependiente a su vez de la Dirección General de Servicios Sociales de
la Comunidad de Madrid.
Según Calvo, en época de crisis, aumenta el número
de personas sin trabajo, repercutiendo la falta de ingresos económicos al
desarrollo de otras áreas como el ocio, las relaciones y otras fuentes de
satisfacción.
"En términos psicológicos esto repercute ya que
la persona ve disminuidas sus fuentes de satisfacción y bienestar
emocional, y por el contrario aumentan las preocupaciones y fuentes de estrés,
generando una falta de equilibrio hacia los estados emocionales negativos.
Esta situación sostenida puede dar lugar a la aparición de malestar
psicológico, estrés y sintomatología ansiosa, depresiva o preocupación
obsesiva. En personas con vulnerabilidad a padecer un
trastorno mental o bien si ya lo tienen, este podría agravarse", asegura
Calvo.
Y es que la depresión, a nivel cognitivo se
caracterizaría por la denominada
"Triada cognitiva", es decir, la persona tiene pensamientos y
creencias negativas acerca de sí mismo, del mundo y del futuro, que la mantiene
en su estado depresivo. Calvo cree que en época de crisis, la desesperanza
respecto al futuro está muy presente, pudiendo agravar este tipo de pensamiento
negativos que contribuyen a la aparición de un estado depresivo, o bien a
generar desesperanza en quien ya lo padece. "Si bien, no toda persona
que comete un acto suicida quiere decir que esté deprimida", concluye.
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Fuente: dignow.org |
En España, la Organización Mundial de la Salud (OMS)
ha alertado de que la tasa de suicidios duplica a los muertos en accidentes de
tráfico, y que más de 3.000 personas se suicidan cada año. Sin embargo, no parece haber datos concluyentes acerca de la relación entre suicidio y crisis
económica, y existe una amplia variabilidad entre países, habiéndose incluso
reducido la tasa en España entre 2007 y 2010 según un articulo de 'CincoDias' del 30 de abril de 2012.
La subdirectora del Centro de Rehabilitación Psicosocial de Móstoles, Rocío Caballero, opina que un aspecto importante a tener en cuenta es la capacidad de la persona para sobreponerse ante los fracasos. "El dolor emocional que influye en cómo cada persona es capaz de afrontar sus situaciones vitales. El apoyo social es otro de los factores que puede hacer que la persona se sienta apoyada y menos indefensa ante las circunstancias que esté viviendo", declara.
En esta línea un estudio que se hizo en la Unión Europea, publicado en 'The Lancet' apunta que no hay datos que demuestren que aumentan los suicidios en momentos de crisis.
En cuanto a los suicidios en la población con enfermedad mental grave y duradera, Caballero cree que si han incrementado o no como consecuencia de la crisis, es debido a las consecuencias de la misma la que ha podido generar mayor estrés psicosocial y desde ahí haya podido aumentar el número de descompensaciones psiquiátricas, no tanto de suicidios.
Un dato objetivo a tener en cuenta es que el suicidio en varones triplica al de las mujeres. Según Caballero es más frecuente que haya hombres que padezcan esquizofrenia que mujeres, "ya que éstos suelen percibir una pensión no contributiva (pocos recursos económicos), con dificultades para la integración laboral, solteros, sin hijos, etc., lo que les coloca en una situación de mayor vulnerabilidad".
Rocío Caballero también hace un llamamiento hacia la población que sufre enfermedad mental y que "trabaja como cualquier persona y que puede verse afectada no sólo por el empleo, sino por los recortes en los centros de salud y el equipo profesional que los trata"
La subdirectora del Centro de Rehabilitación Psicosocial de Móstoles, Rocío Caballero, opina que un aspecto importante a tener en cuenta es la capacidad de la persona para sobreponerse ante los fracasos. "El dolor emocional que influye en cómo cada persona es capaz de afrontar sus situaciones vitales. El apoyo social es otro de los factores que puede hacer que la persona se sienta apoyada y menos indefensa ante las circunstancias que esté viviendo", declara.
En esta línea un estudio que se hizo en la Unión Europea, publicado en 'The Lancet' apunta que no hay datos que demuestren que aumentan los suicidios en momentos de crisis.
En cuanto a los suicidios en la población con enfermedad mental grave y duradera, Caballero cree que si han incrementado o no como consecuencia de la crisis, es debido a las consecuencias de la misma la que ha podido generar mayor estrés psicosocial y desde ahí haya podido aumentar el número de descompensaciones psiquiátricas, no tanto de suicidios.
Un dato objetivo a tener en cuenta es que el suicidio en varones triplica al de las mujeres. Según Caballero es más frecuente que haya hombres que padezcan esquizofrenia que mujeres, "ya que éstos suelen percibir una pensión no contributiva (pocos recursos económicos), con dificultades para la integración laboral, solteros, sin hijos, etc., lo que les coloca en una situación de mayor vulnerabilidad".
Rocío Caballero también hace un llamamiento hacia la población que sufre enfermedad mental y que "trabaja como cualquier persona y que puede verse afectada no sólo por el empleo, sino por los recortes en los centros de salud y el equipo profesional que los trata"
Fe de erratas: Rosana Calvo es psicóloga del Centro de Rehabilitación Laboral de Móstoles que pertenece a grupo Exter.
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