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Foto: José María Tíscar. |
Grupo Calvo se mantiene
como uno de los conglomerados empresariales de inversión extranjera más
importantes afincados en El Salvador, y su acción ha contribuido, desde su
llegada en 2003, al desarrollo y recuperación del departamento de La Unión, una
de las regiones más castigadas por la pobreza y la falta de tejido industrial
del país. La inversión ha revitalizado por completo el puerto de Corsaín, con
la construcción de una planta procesadora, una planta enlatadora y otra de
harina destinada al procesamiento del atún. Además, se cuenta con una flota de
cuatro barcos pesqueros, con capacidad para pescar en aguas nacionales, todos
ellos con bandera y tripulación salvadoreña. No obstante, sin lugar a dudas, el
principal aporte de Grupo Calvo al crecimiento en esta región es su política de
contratación de mujeres. Este principio confirma un principio esperanzador en
vista a las desigualdades de un departamento donde, según datos aportados por
el Informe sobre el Desarrollo Humano en El Salvador en los años 2007- 2008 y promovido
por el Programa para el Desarrollo de Naciones Unidas (PNUR), el sueldo medio
de la mujer se sitúa en torno a los 2.420 dólares anuales, un 60% menos que el
que percibe el hombre, y sólo un 4,8% de ellas alcanzan puestos administrativos
y ejecutivos. La empresa atunera española mantiene 1.500 empleos directos en la
región, compuestos en un 90% por mujeres, en su mayoría madres solteras.
Además, sus actividades generan 5.000 puestos de empleo indirectos.
Según datos aportados
por la entidad, entre los años 2003 y 2007, la inversión directa de Grupo Calvo
en la región salvadoreña alcanzó los 384 millones de dólares. La firma española
asegura “ofrecer un salario mínimo superior al que la ley exige”, estimado en
186 dólares mensuales. Además, ofrece diferentes bonificaciones e incentivos
para los “buenos trabajadores”, promueve excursiones recreativas para empleados
y sus familias, facilita el transporte a las plantas procesadoras y ofrece
ayudas económicas a sus trabajadores para la mejora de viviendas así como becas
de estudios a sus hijos, ayuda económica por fallecimiento, seguro de vida
colectivo y programa de alfabetización
para adultos. En palabras de la Directora de Logística de Grupo Calvo, Diana
Escobar, “es una inversión pensada a largo plazo. Estamos en una zona de El
Salvador, geográficamente hablando, en donde no había desarrollo económico. Hemos
venido a generar una cadena económica importante en el oriente del país.
Normalmente, la realidad es que tenemos prestaciones más altas que lo que la
ley exige, que lo que las demás empresas dan a sus empleados. Por ser una
empresa española, tenemos una cultura sindical. Tenemos tres sindicatos en el
país, cosa que en El Salvador no
existe”. En enero de 2008, Grupo Calvo firmó un Convenio Colectivo con el
Sindicato de Empleados de Calvo Conservas, mediante el cual toda prestación
voluntaria aportada por la empresa pasó a constituirse como derecho legítimo
del trabajador. Como último dato
significativo, Diana Escobar sostiene que se ha insertado a más de 60
pandilleros, quienes ocupan ahora puestos en la cadena de montaje: “ahora están
trabajando. Tal vez otras empresas no les den oportunidades de involucrarse
nueva y formalmente en el área laboral, nosotros sí”.
La importante actividad
de esta empresa no sólo ha favorecido al desarrollo salvadoreño. Según
declaraciones aportadas por la directora ejecutiva de la Cámara OficialEspañola de Industria del Salvador, Daisy Rodríguez, “la balanza comercial de
España al Salvador siempre fue deficitaria, pero ahora tenemos superávit por
las exportaciones del atún, precisamente. Y ha generado una nueva forma de hacer
las cosas. Han creado una fábrica, a diferencia de las empresas de servicios ya
instaladas en el país”.
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