Entradas populares

Letra pequeña 2.0


Hoy en día, las redes sociales se han convertido en una basta forma de comunicación: rápida, espontánea y completa. Rápida, gracias a las nuevas tecnologías como tablets, smartphones, smart tvs…; Espontánea, ya que gracias a ellas se pueden expresar sentimientos y opiniones en tiempo real; y, completa porque se pueden incluir fotos, videos, links, y compartirlas con lo que creemos es una beta privada de personas en nuestra red social.
Pero la letra pequeña dista mucho de esta realidad. Al acceder a muchas de estas redes estamos consintiendo y autorizando una serie de afrentas a nuestra privacidad.



En el caso de Facebook, la letra pequeña nos dice que al acceder como usuario este otorga a la compañía: “una licencia irrevocable, perpetua, no exclusiva, transferible, plenamente desembolsada y mundial (con derecho de sublicencia) para usar, copiar, reproducir públicamente, mostrar públicamente, reformatear, traducir, obtener extractos (totales o parciales) y distribuir dicho contenido de usuario para cualquier fin, ya sea comercial, publicitario o de otro tipo”. Es decir, al inscribirse en esta red y aceptar su contrato, el usuario renuncia a cualquier poder que tenga sobre toda su información y es la empresa la que podrá utilizar tus datos de la forma que quiera, para lo que quiera. La empresa, además, se guarda el derecho a seguir manteniendo esa información aunque decidas darte de baja en su red y borrar tu cuenta.

Otra red social, Tuenti, que nació como la más `privada´ de estas redes, siendo necesaria una invitación de otro usuario para acceder a ella, tampoco muestra mucha sensibilidad por la privacidad e información que se comparte en su red; ya que no solo no te aseguran la privacidad de la empresa respecto a tu información dedicándose exclusivamente a protegerla de otros usuarios, sino que además deja que estos últimos  sean los responsables del control del contenido que se exponga en su red social: “…los usuarios serán los únicos responsables de la información, imágenes, opiniones, alusiones o contenidos de cualquier tipo que comuniquen, alojen, transmitan, pongan a disposición o exhiban a través del sitio web…”

En el caso de otra famosa red social, Twitter, la cosa empeora considerablemente, ya que en ella el sentido de privacidad es algo inapreciable, y, el motivo principal del auge de esta red en todo el mundo. Al acceder a ella, el usuario puede, a través de un `tweet´ de 140 caracteres, expresar un sentimiento, opinión u acción, eso si, sin ningún tipo de control moral, por lo que se pueden ver tweets ofensivos hacia ciertos grupos de población o etnias, además de opiniones políticas cuestionables y manifestaciones violentas. En cuanto a las fotos, videos y links de los usuarios, twitter tampoco se hace responsable dejando un vacío que muchos aprovechan para llenar de forma poco licita moralmente hablando; por ejemplo, se han dado casos en los que usuarios dedicados a la prostitución, usan twitter como una herramienta para mostrar sus `atributos´, algo preocupante si tenemos en cuenta que la edad mínima para acceder a esta red son 13 años.

En definitiva, el uso de estas redes, a parte de tener un indudable poder de divulgación, puede acarrear bastantes peligros, ya que son usuarios cada vez mas jóvenes los que acceden a estas redes en la que muchas veces se ponen en contacto con desconocidos que no solo saben dónde viven sino sus gustos; aficiones; como visten; quienes son sus amigos, sus padres… No cabe duda que estas redes pueden convertirse en una herramienta para la creación de una conciencia global. De cómo sea esta conciencia depende de nosotros.




No hay comentarios:

Publicar un comentario