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Folletos publicitarios. A.Armesilla |
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Folleto publicitario. A.Armesilla |
Para que un gabinete odontológico funcione como marca hace falta un gran esfuerzo publicitario, que conlleva un elevado coste económico para su promoción y difusión. “El paciente busca alguien de quien fiarse, un médico que le ayude a entender y mejorar sus problemas dentales, por ello es importante crear una marca de confianza”, explica Gutiérrez.
El actual Código Ético Deontológico Dental Español dedica su Capítulo XI a la regulación de la publicidad de los dentistas. Veracidad, discreción y objetividad son los principios que deben presidir la actividad publicitaria. El texto prohíbe el empleo publicitario de títulos o diplomas no oficiales, así como honorarios profesionales; y confía a los Colegios Odontológicos la regulación de “la publicidad realizada en placas, anuncios, anuarios o cualquier otro medio de difusión”.
“El problema de la publicidad dental viene cuando el profesional no sólo pretende informar, sino que sigue una estrategia de ventas, es decir, que intenta persuadir y convencer a los consumidores de que su producto es lo que necesitan, como si fuera algo que se puede comprar, y no lo que es en realidad, un tema de salud”, explica la técnico comercial de Publimedia Patricia Armesilla.
A pesar de que la actividad publicitaria de los dentistas puede ser positiva, los colegios profesionales han mantenido una actitud de prohibición con respecto a la publicidad, dado que existe el riesgo de engaño o fraude por información defectuosa. Y es que el Código Ético limita la publicidad a una actividad informativa y no para que sirva como una herramienta de marketing.
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