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Los paraísos fiscales son el principal escollo de los clubes de fútbol (I)


El Albacete Balompié, el ‘Alba’ como es conocido en el argot futbolístico es un conjunto que actualmente milita en la Segunda División B del fútbol español, pero hubo épocas mejores. En la temporada 2004-2005, tras dos años en la élite del fútbol, la Primera División, el equipo desciende. 

El que por aquellos tiempos presidía el club, Ángel Contreras, decide echar un órdago para volver a Primera División  y hace una plantilla con un coste muy por encima de las posibilidades del Albacete. Una de las cantidades que más llama la atención es la del contrato del entrenador, César Ferrando, al que se le firman 3 años a razón de 300.000 euros por temporada, que finalmente no cumpliría.

Los contratos deberían guardarse en la sede de la Avenida de la Estación, dirección social del club y lugar desde el cual se gestiona la parcela burocrática de un equipo de fútbol. Francisco Honrubia, consejero actual de la entidad y encargado actualmente de llevar los contratos de jugadores y técnicos asegura que “nosotros no hemos encontrado el contrato, no sabemos si se lo llevaron cuando dejaron el cargo pero aquí no aparece”. Honrubia declara que en el tiempo que se pudo acceder a los documentos de la sede, durante el traspaso de poder, se comprobó que había una duplicidad en los contratos, había uno que hablaba de tres años más dos si se subía a primera división, y otro que consistía en tres años más dos si no se bajaba. “Estábamos atados de pies y manos, no entiendo como alguien puede firmar eso, te estás condenando”, aseguraba Francisco Honrubia. Además, insinuaba que pudo haber un gran  trabajo de destrucción de documentos “para evitarse marrones con nosotros”.

Hay que dar un salto en el tiempo y viajar hasta 2005 para recurrir a la directiva que entró tras la de Ángel Contreras. La plataforma ‘Bandera Blanca’ era (se disolvió tras su salida del club) un grupo de accionistas fuertes del Albacete Balompié entre los que se incluían famosos abogados, profesores de universidad y gente del mundo del fútbol. Algunos nombres de gente que pertenecía a ella son Ubaldo González Garrote, Gonzalo Panadero Martínez, Luis María García Guerrero, Javier López Galiacho o Pedro Lomo.
Luis María García Guerrero era un hombre fuerte de ‘Bandera Blanca’, si hablásemos de un partido político estaríamos frente a un barón, alguien que tomaba decisiones importantes.

García Guerrero, con voz de comisario de policía, tosco en sus palabras y reservado desde un primer momento, se muestra reacio a hablar al preguntarle por los pagos a César Ferrando. Dice que el entrenador valenciano trabajaba con una empresa llamada WSM Soccer,  empresa con sede en la ciudad suiza de Zug con domicilio social en Poststrasse número 6. Zug cuenta con una población de casi 23.000 habitantes y es conocida por ser un paraíso fiscal dentro del paraíso fiscal que es Suiza. Es una de las ciudades con la tasa de imposición (impuestos) más bajas de Suiza, razón por la que solamente en la ciudad de Zug hay 24.000 puestos de trabajo, más que habitantes. Por todo esto, está considerada un sitio propicio para el registro empresarial, de hecho en Zug hay unas 12.000 empresas asentadas, entre ellas WSM Soccer.

Pero García Guerrero no acabó ahí, siguió hablando: “no te vayas a pensar que lo de Ferrando fue lo único que se hizo sospechoso aquí, que cuando llegamos había contratos con empresas a nombre de jugadores que se encargaban de cuidar el césped, de vendernos petos, material de oficina, el mundillo este es peor de lo que nos pensamos…”, el ex directivo dejaba caer datos sin darles mayor importancia, “los pagos a Ferrando y a WSM Soccer no se hicieron a nombre del entrenador, se hicieron en concepto de derecho a compra por un par de jugadores del Sporting de Gijón, que ni habíamos visto ni nos interesaban”.
Continúa en siguiente entrada.


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