En mayo del 2010 el Patronato renovó y
amplió su oferta cultural en las “Tiendas de la
Alhambra”. Un negocio que, además de objetivos turísticos y económicos, busca ofrecer a
los granadinos actividades y productos diferentes que los acerque a
su emblemático monumento.
Seas de donde seas, vayas a donde
vayas, parece que el turismo implica obligatoriamente la compra de
souvenirs . Variados y, a veces, inútiles objetos que acaban
por representar lo típico y tópico de cada país. En Granada la
oferta es amplia, desde zocos árabes en los que adquirir artesanía,
ropa y complementos, hasta los locales donde no pueden faltar el
delantal de lunares, la gitana en miniatura y las camisetas
estampadas.
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Interior de la tienda de Reyes Católicos Foto: Patronato de la Alhambra |
Sin embargo, el Patronato de la
Alhambra, en busca de una oferta diferente y variada, decidió renovar el pasado año tanto la librería situada en Carlos V como la
tienda de entrada al recinto nazarí. Además, restauraron un local
del centro para convertirlo en otra “Tienda de la Alhambra”, más cercana
al granadino de a pié. La presidenta del Patronato, Mª del Mar
Villafranca, afirma que “El objetivo principal de la renovación
es acercar, aproximar, la Alhambra a la ciudad. Pero, también, dar a
los turistas y ciudadanos una oferta cultural que no quede en los
meros souvenirs”. Más allá del carácter cultural,
Villafranca destaca la importancia económica que ha supuesto el
impulso de estos negocios, ya que se han creado más de 14 puestos de
trabajo, “Una gran oportunidad de ampliación de oferta de empleo
teniendo en cuenta la etapa de crisis y paro por la que estamos
pasando”.
La concesión administrativa del
negocio, adjudicada a la empresa catalana Laie librerías, levantó
ampollas en el empresariado granadino que hubiese preferido que la
concesión de la misma fuese a una empresa local, para reforzar la
economía de la ciudad. Sin embargo, una de las directivas de Laie, afirma que “Granada gana con nuestras tiendas, ya que aparte de los
sueldos, pagamos un canon al Patronato, lo que implica directamente
el beneficio local”. En cuanto a la gama de productos que ofrecen
en sus tiendas buscan “originalidad, exclusividad y calidad. No
queremos que sea algo sólo dirigido al turismo, si no que los propios
granadinos encuentren interesante nuestra oferta”.
Una tienda de recuerdos muy
diferente
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Destaca la oferta de libros especializados en arte, historia o arquitectura Foto: Patronato de la Alhambra |
Desde que uno entra por la puerta
acristalada sabe que no es un negocio de souvenirs
al uso. En una gran superficie amueblada y ambientada como si de un establecimiento de lujo se tratase, los motivos nazaríes se estampan en
camisetas y relojes, se forjan en joyas, se hilan en pañuelos de
seda y se pintan a mano en juegos de té. Ni siquiera los productos
de papelería se libran del diseño, como los lápices con
incrustaciones de Svarowski. Aunque, como tienda turística, ejerce también de
punto de información y se pueden adquirir tanto planos, como el alquiler de visitas guiadas y entradas a la Alhambra a través de los cajeros
Servicaixa situados en el interior.
Frente al lado más turístico, los
granadinos y visitantes sibaritas, pueden disfrutar de libros
especializados en arte, historia o arquitectura junto a una amplia
oferta de documentales y discrografía tanto árabe como flamenca.
Además, las tiendas ofrecen cuentacuentos para niños y cuentamiedos
y lecturas varias para adultos. Aunque, lo más interesante, son las imágenes y documentos que el Archivo de la ciudad puso a
disposición del Patronato para que pudieran ser impresos a través de un sistema pionero en Andalucía, y que sólo se usa en el Museo
del Prado y Thyssen de Madrid y en el Museo de Orsay en Paris.
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La presidenta del Patronato inaugurando el sistema de impresión a la carta Foto: Patronato de la Alhambra |
Claro está que tanta exclusividad y originalidad hay que pagarla. Los empleados afirman que la gama de precios es muy dispar, pero que no corresponde con una tienda corriente de recuerdos. Podemos encontrar desde libros de arquitectura por unos 200 euros, hasta postales y objetos de papelería por menos de tres. Quizás el precio medio es lo que hace que el público principal sea de origen asiático, ruso,
árabe y anglosajón “De hecho – comenta una de las dependientas-
la cuenta más abultada fue la de un árabe que se gastó 1.500€ en
un día”. Y es que el cliente español “Gasta lo mínimo porque todo le parece caro. Y granadinos, hasta ahora, son pocos los que entran. Lo ven como un sitio para extranjeros y desconocen que, aparte de recuerdos de la ciudad, ofrecemos algo más”.
Aunque, eso si, la compra que más
llamó la atención fue la de los representantes de la embajada
española en Arabia Saudí que, por encargo de la Jequesa,
adquirieron multitud de objetos que posteriormente servirían como
ambientación para una fiesta dedicada a la Alhambra. Sea como fuere, la caja diaria de las tiendas no baja
de los 3.000 euros ni en temporada baja, teniendo en cuenta la privilegiada situación de sus instalaciones. Un duro revés , sin duda, para las pequeñas superficies y tiendas tradicionales.
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