Foto: José Manuel Azcona Pastor. |
JOSÉ MANUEL AZCONA Historiador y profesor de
historia contemporánea de la Universidad Rey Juan Carlos
La próxima publicación
del nuevo libro del historiador José Manuel Azcona revelará un extenso estudio
que profundizará en las relaciones económicas y sociales que unen en la
actualidad a España con la nación de Puerto Rico. Este autor, con diversos
estudios en su trayectoria académica que abordan, entre otras cuestiones,
asuntos de inmigración procedente de las tierras vasco navarras a Argentina y
Uruguay, nos recibe en su cálido despacho del Campus de Fuenlabrada de la
Universidad Rey Juan Carlos para responder a nuestra entrevista, mostrando su
pasión por los nuevos retos a los que se ha tenido que enfrentar en esta nueva
línea de investigación.
Pregunta. ¿Qué aspecto cualitativo destacaría del
nuevo estudio que publicará sobre la presencia española en Puerto Rico?
Respuesta. Este libro
se engloba dentro de lo que es un proyecto de investigación vinculado al
Vicerrectorado de Investigación de la Universidad Rey Juan Carlos, llamado
PRESDEIA: Presencia Española y Desarrollo Socioeconómico en Iberoamérica,
cátedra de investigación sustentada por Santander Universidades. Cada año
escojo un país, o varios, dependiendo del ámbito geográfico, y realizo un
estudio a tres niveles: primero, se aborda la perspectiva de la emigración
tradicional. Segundo, la llegada de las grandes empresas españolas a partir de
la década de los 90. Y tercero, la cooperación al desarrollo, que es muy
importante en aquel continente hermano.
Puerto Rico es el
último país que he estudiado. Y lo que destaco de él es la emigración. Abordo
un estudio en el que reflejo cómo se ven a sí mismos los inmigrantes españoles
en aquella isla antillana.
P. ¿Es el área del
Caribe un mercado con posibilidades de crecimiento económico de magnitud
subestimada?
R. Sí, sin duda. La
misma isla de Puerto Rico, Estado Libre Asociado de los Estados Unidos, tiene
posibilidades muy elevadas, porque entrar allí significa entrar en Estados
Unidos. Luego, destaca la propia potencialidad de la isla, al ser un país muy
moderno, muy avanzado, muy próspero desde la perspectiva socioeconómica
moderna.
También tenemos a la
República Dominicana, de la que diría lo mismo. La presencia española se ubica
en el 30% del total. Y es muy importante, no sólo en el sector de hostelería
sino también en el de máquina de herramientas, construcción e importaciones en
general. Por último, Cuba, que tiene una estructura política específica,
también tiene un sector turístico español muy significativo. Creo que es una
zona muy desconocida, sin duda.
P. ¿Cuál es el elemento
de mayor atractivo que ofrece la isla puertorriqueña para la llegada de nuevo
capital español?
R. Por un lado, la
mayor seguridad jurídica, al tratarse de un Estado Asociado, lo cual es
importante. Por otro, la propia dinámica de la empresa ubicada allí, al
tratarse de un país acostumbrado a negociar. Tienen una dinámica muy vinculada
a lo que es el moderno sistema de negocio, de venta, publicidad, fabricación y
postproducción. Y tercero, es un país muy bien ubicado, clave para la zona del
Caribe y también para acceder a la primera potencia mundial, además de que
posee probablemente la mano de obra más cualificada del área del Caribe.
P. Imbricados en este
nuevo escenario económico, ¿Cuál es el perfil de la emigración española de
primeros del s. XXI a países Iberoamericanos?
R. Tecnocrática. Lo que
llaman ellos los “expatriados”, palabra que a mí no me gusta mucho. Se trata de
un perfil de chico joven, normalmente graduado con máster, que está empezando,
más o menos, y que no le importa salir de España e instalarse por unos años en
aquellos mercados. A cambio, consiguen una economía saneada a través de un
salario muy alto, una formación impresionante, perspectivas laborales de futuro
e incluso pueden, a su regreso, ascender dentro de la propia empresa. Les
proporciona un conocimiento total de un mercado distinto al español. Todo son
ventajas, más allá de las circunstancias personales. Sobre todo es destacable
el enriquecimiento personal que te proporciona el vivir en una cultura
diferente a la tuya.
P. En la difícil
coyuntura existente en la economía española, ¿es posible que se dé un aumento
considerable de emigración procedente de España a países Iberoamericanos de grupos
sociales o laborales con perfiles distintos a los actuales?
R. No. Yo creo que, en
la actualidad, el nivel formativo del pueblo español es muy elevado. Salvo
casos muy concretos, como los temporeros, que van a Francia con contratos muy
cortos y con condiciones económicas muy buenas, creo que esa perspectiva ya no
se va a dar. Sí creo, sin embargo, que va a haber una gran estampida, ya la
está habiendo, de jóvenes tecnócratas que van a ir a parar a economías con
bajos niveles de desempleo o prácticamente nulo. Por ejemplo, Noruega acaba de
pedir 5.000 ingenieros petrolíferos, lo cual, por otra parte, dice bastante de
nuestro actual sistema universitario, que a veces se critica tanto desde dentro
y que fuera está valorado.
En Sudamérica, en una
segunda fase, no lo descartaría. Países como Brasil y México está demandando
una mano de obra muy cualificada, no solamente por parte de las empresas
españolas sino por parte de sus propias corporaciones. Por lo tanto, no creo
que sea descabellado que, si esto sigue así de mal, pueda ser un mercado. En
todo caso, países como Uruguay, Chile, Brasil, Argentina y México siempre son
países muy interesantes respecto a perspectivas laborales. Lo que pasa es que
en España no se da mucho este fenómeno de traslado.
P. En la actualidad,
¿se encuentra la empresa multinacional de origen español en condiciones para
seguir creciendo al mismo ritmo que los últimos años en Iberoamérica?
R. Sí. Rotundamente sí.
De hecho, creo que hay un dislate entre lo que está sucediendo aquí y lo que
sucede fuera. Creo que no hay una gran correlación. Empresas españolas que
están triunfando fuera, como Sacyr, BBVA, Telefónica o Santander, a lo mejor
aquí no tienen comportamientos similares. Son mercados distintos. En
Iberoamérica, casi no se está notando la crisis, pero aquí sí. Yo creo que la
empresa española seria triunfa en mercados menos proclives al peligro en la
actualidad.
P. ¿Se están
sustentando las entidades financieras españolas de mayor relieve en sus
posiciones en Iberoamérica para afrontar la crisis?
R. Sí. No sé si
afianzando, ya estaban antes de la crisis. La idea que quiero transmitir es que
no están ahí por la crisis, estaban antes, desde la década de los noventa.
Actualmente, se consolidan, se afianzan y avanzan, salvo en aquellos países que
presentan dificultades concretas. Hablo de algunos países como la Venezuela de
Chaves, o República Dominicana, que no permite la entrada de banca
internacional.
P. ¿Cree que el
Gobierno entrante potenciará la internacionalización de la empresa española en
la compleja coyuntura económica nacional?
R. Sin duda. Es
importante. Si la empresa española funciona bien fuera, por su propia
naturaleza, existirá una correlación con lo que pase en nuestro país. A fin de
cuentas, siguen siendo empresas españolas. En consecuencia, creo que es bueno
para ambas partes.
P. ¿Qué perspectivas de crecimiento augura para el
año 2012 en estas empresas afincadas en Puerto Rico?
R. Buenas. Creo que
empezará a verse la luz, aunque es una intuición, una percepción. En estos
países hay mucho por hacer. No sería el caso de Puerto Rico, con un alto grado
de investigación y desarrollo.
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