La muerte de Russell Shirley el pasado mes de mayo ha dado lugar a
un sinfín de especulaciones a cerca de las circunstancias que envolvieron el
fallecimiento. El hombre, de 32 años de edad, padecía problemas cardiacos y
sufrió un ataque al corazón que le costó la vida, la mala alimentación y una
vida sedentaria pudieron potenciar este fatal suceso. La muerte de Russell Shirley no tendría mayor
relevancia de no ser por era aficionado al juego de rol Diablo III y, según la
agencia Europapress un amigo del fallecido confirmó que Russell había
solicitado un permiso de tres días en el trabajo para jugar al recién estrenado
título.
Este
trágico suceso invita a la reflexión a cerca del abuso de los videojuegos y las
posibles consecuencias que esto pueda tener sobre la salud, física y mental, de
las personas que juegan sin control. El psicólogo de la Universidad Complutense
de Madrid, Luis Enrique López, asegura que “la sobrexposición a los videojuegos
puede derivar en una posterior ludopatía si no se controla”.
“No
existe un perfil determinado de jugador adicto pero casi todos tienen en común
la baja autoestima”, apuntó López.
Otro
aspecto que destaca el psicólogo es que “estas conductas pueden dar lugar a
comportamientos agresivos y descontrolados provocados por el abuso de
videojuegos violentos”. Nada más lejos de la realidad. En el año 2.000 un joven
murciano, de 16 años de edad, asesinó a su familia con una Katana. José Rabadán
era seguidor del popular juego de rol Final Fantasy VII en el que su
protagonista luchaba contra el mal con una Katana. Esta tragedia demuestra la
influencia que puede llegar a tener el abuso de los videojuegos en la mente de
algunas personas.
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Foto: Petezin |
“Es muy extendida la imagen del jugador de videojuegos como una persona introvertida, callada, extraña, que tiene pocas relaciones sociales”, explica la
socióloga Ana Martínez.
La
visión de los aficionados a los videojuegos como seres antisociales es común. Ana
Martínez alerta del peligro: “Estas conductas compulsivas pueden dar lugar a
una marginación voluntaria por parte del individuo”.
La
mayor parte de los videojuegos no requieren esfuerzo físico, aunque con la
aparición de las nuevas tecnologías de captura de movimiento todo esto esta
cambiando, pero tienen una gran influencia sobre la salud física de las
personas que se exceden en su consumo, generalmente este tipo de conductas
conlleva una vida sedentaria. El nutricionista Ángel Pastor, denota como uno de
los principales inconvenientes los problemas de espalda que pueden surgir por
un continuado posicionamiento incorrecto. Otro de los aspectos que más preocupa
a Pastor es la alimentación inadecuada: “La abstracción mental de los jugadores
compulsivos puede derivar en una mala alimentación” explica.
Pese a la opinión de estos especialistas no existe ninguna investigación que demuestre una relación entre el consumo excesivo de videojuegos y el desarrollo de conductas marginales o violentas.
Pese a la opinión de estos especialistas no existe ninguna investigación que demuestre una relación entre el consumo excesivo de videojuegos y el desarrollo de conductas marginales o violentas.
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