Foto: Keith Ramsey |
Internet se está mostrando como el presente y el gran futuro del periodismo, al cual ofrece interactividad, multimedia, e hipertexto entre una infinidad de herramientas que ayudan a superar la tutela de las discográficas, propia de los medios especializados en música. Sin embargo, la red no ha traído alivio a la crisis de credibilidad que padecen estos medios.
Es importante situar el contexto de incertidumbre en el
que se encuentran los medios, tanto los clásicos que lanzan una versión en red,
como los puramente digitales. Ahora mismo hay un proceso de cambio, de
evolución, que como señala el redactor de Je ne sais Pop (JNSP), Raúl Gillén, “no
está terminado”. También afirma que esta evolución “no ofrece un sistema” que permita
llegar al modelo final, que debería ser el web, “con soltura”.
“Los blogs han roto todos los esquemas,
cualquiera puede opinar” asegura el redactor de Rolling Stone, David Gallardo. “Internet
está al alcance de todos y esto podría hacer pensar que nuestra labor la puede
hacer cualquier persona”, continúa.
El hecho de que haya tantas voces debiera
enriquecer y vigorizar la labor del periodista musical. Pero esta misma cantidad
de diferentes voces también provocan el ruido y la confusión unas veces, y la
dejadez del profesional periodístico que copia y pega cualquier teletipo, otras.
A pesar de que lo digital resulta tan cotidiano,
la verdad es que tanto los medios como sus trabajadores y público están asimilando
aún los primeros pasos de lo que supone la experiencia en red. Es en estos
momentos cuando el periodismo musical, y por extensión todo tipo de periodismo,
está todavía buscándose en el océano de internet.
Y mientras tanto, la credibilidad en los medios
de comunicación baja año tras año, según los informes de la Asociación de
Prensa de Madrid (APM), situándose internet como el menos fiable por el
público.
Según declaraciones en uno de los cursos de
verano de la Universidad de Cádiz (UCA), el exdirector de El Ambigú de Radio 3 (RNE3), Diego Manrique, “la capacidad de transmitir información
fiable y la capacidad de ofrecer guía” volverá cuando todo se tranquilice y se
asiente en torno a la web. “Se volverán a reconocer los valores que existían
antes, a diferencia de lo que existe ahora, donde todos los caminos son iguales
y todo da lo mismo”.
Por el momento, ha quedado demostrado que la
democratización que supone internet,
-con las ventajas que obviamente tiene- no era la panacea definitiva de la
profesión.
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